
El que fuera motor económico del país se ha convertido en sólo cinco años en un lastre muy pesado que deja tras de sí una estela de 800.000 parados (registrados) y una licitación pública en caída libre.
Asfixiadas por la deuda, porque no hay obra nueva en el horizonte, por los recortes del Gobierno, por el paro, por las críticas que les culpan de que España vaya mal. Asfixiadas por un PITVI (Plan de Infraestructuras, Transporte y Vivienda ) que se complica y en el que la construcción compartirá escenario con la política de vivienda y transporte. El diagnóstico del enfermo, sin duda, es "muy grave" .
"Es un momento muy duro para el sector. La falta de inversión y liquidez son una losa que sólo podrá ser levantada desde la firme decisión de nuestros socios europeos y aplicando medidas decididas y consensuadas en los diferentes agentes políticos, económicos y sociales de nuestro país", explican desde la Fundación laboral de la Construcción, presidida por Juan Lazcano.
Razones para el lamento no faltan y en la bolsa, inmobiliarias y constructoras son las más castigadas con caídas de dos dígitos. Realia, Metrovacesa, Renta Corporación Ferrovial, Sacyr... son víctimas de los inversores que no se fían. Tal y como reconoció el presidente de Realia, Ignacio Bayón, durante la junta de accionistas, la empresa está muy mal valorada en bolsa. También desde Sacyr, su nuevo presidente Manuel Manrique se lamentaba de los estragos en el parqué.
Castigo en la bolsa
El parón del mercado inmobiliario no les deja capacidad para repagar deuda y todo apunta a que 2012 no acabe bien y 2013 tampoco vaya a ser mejor: la construcción de obra pública con capital privado, la única esperanza de que algo se mueva, cayó un 54% en 2011, hasta 4.800 millones, lo que supone reducir a menos de la mitad (54,4%) el de un año antes.
Lazcano no se cansa de dar datos que devuelvan la dignidad al sector frente a quienes aún se empeñan en denostar a la construcción con la denominación de "sector del ladrillo", recrimina el presidente de la fundación.
"La construcción es una industria relevante, capaz de convertir un millón de euros de inversión en 18 puestos de trabajo, con un retorno de 570.000 euros en concepto de ahorro por prestaciones al desempleo y recaudación fiscal. Y todo ello sin olvidar su efecto arrastre sobre otros sectores industriales de nuestra economía".
Según la memoria de 2011, la edificación cae en picado. Así, sólo en residencial, el 4% de incremento de obra de 2007 decía adiós a la era del boom del ladrillo. Un año más tarde se producía el estallido de la burbuja inmobiliaria con caídas que, a día de hoy, no ha tocado fondo. En 2008 la construcción de pisos bajaba un 13,5%; un 25% en 2009; 17% en 2010 y caídas de un 5% en 2011.
En no residencial, el salto fue de un crecimiento del 2,5% en 2007 a caídas encadenadas del 6% (2008), 15% (2009); 5% (2010) y 2% (2011). La parte más dura ha sido para la obra civil, con caídas del 14% y 18% en 2010 y 2011, respectivamente.
En cuanto a vivienda, como recoge el estudio de la Fundación Laboral de la Construcción, las cifras lo dicen todo. En 2007 se iniciaron 532.117 pisos, mientras que en 2011 la cifra no alcanzaba los 52.000. Una caída del 90,2% que también se refleja, aunque en menor escala, en el precio de venta. En algunas zonas el ajuste ha sido del 40%.
Si se estudian los datos de proyectos visados, el salto ha sido de infarto y ha pasado de 688.510 en 2007 a 109.879 en el ejercicio de 2011 (-84%).
En cuanto a superficie visada en residencial, el salto es alarmante. Se ha pasado de cerca de 104 millones de metros cuadrados en 2007 a apenas 14 millones de metros cuadrados en 2011 (una caída de 86,5%).
El cemento, en horas bajas
La construcción, como reconoce Lazcano, es el motor de la economía española con efectos secundarios en otros sectores vinculados directa o indirectamente a él. Un dato, la producción de cemento ha pasado de casi 55 millones de toneladas a 22 millones. Un 60% menos que ha dejado en el camino muchas víctimas. El consumo de cemento en España se hundió un histórico 31,3% interanual en el primer trimestre del año, que sitúa los niveles de consumo en los de hace más de cuatro décadas, según fuentes de la patronal Oficemen.
"De esta manera, el consumo de cemento per cápita retrocede a niveles de 1966 debido a la casi total paralización de la edificación y la obra pública", dice la patronal. Sus previsiones no son nada buenas. "Teniendo en cuenta que España aún tiene un elevado stock de viviendas nuevas sin vender, no es probable que en los próximos años mejore el número de vivienda iniciada, ni que la recuperación del sector pueda venir de la mano de la edificación", dijo la patronal.
Las cifras de la construcción arrastran, además, una sangría de parados, de empresas cerradas, de regulaciones. Los afiliados al régimen general pasaron de 1,9 millones a sólo 845.000. También los autónomos han sufrido la crisis y bajaron a 396.000 desde el más de medio millón de 2007. ¿Hablamos de parados? Cinco años de crisis han servido para mandar al Inem a 776.000 personas que hoy van de puerta en puerta buscando un trabajo que no hay. Es la (de)construcción.