La llegada de los primeros esquiadores británicos insufla optimismo a Lleida

Alguaire (Lleida), 19 dic (EFE).- El aeropuerto de Alguaire ha recibido hoy los dos primeros vuelos de la temporada de invierno con cerca de 400 esquiadores británicos, cuya llegada ha sido acogida con entusiasmo por las instituciones de la provincia, que ven en el inicio de estas operaciones el "despegue" del aeródromo leridano.

El primero de estos vuelos ha tomado tierra a las 10.09 horas, unos quince minutos antes de lo previsto, procedente de Manchester y con unas 200 personas a bordo, mientras que tres cuartos de hora después lo ha hecho el segundo avión, un Boeing 757 que ha volado desde Gatwick, en Londres, con otros 200 pasajeros.

Se trata de los primeros vuelos de fuera del denominado espacio Schengen que opera el aeropuerto de Alguaire, que arranca de esta manera la temporada de invierno, en que está prevista la llegada de unos 30.000 esquiadores británicos de la mano del operador turístico Neilson-Thomas Cook.

Los primeros viajeros, muchos de ellos familias con niños, han sido recibidos a pie de pista por una veintena de fotógrafos y periodistas, así como por el delegado del Govern en Lleida, Ramon Farré, y otros representantes institucionales de la demarcación.

La expectación generada ha creado en muchos de ellos caras de asombro, diversión y perplejidad, mientras que otros se preguntaban: "¿Es que somos famosos?".

Los viajeros llegados hoy pasarán una semana de ocio en Andorra, a cerca de dos horas de autocar desde Lleida, para esquiar e ir de compras.

"Mi hija esquiará y yo iré de tiendas por Andorra, si me lo permite la tarjeta de crédito", ha explicado Hazel Stoneman, que visita Andorra por primera vez junto a su hija y su marido.

El matrimonio ha pagado unos 600 euros por cabeza por hospedarse una semana en un hotel de media pensión, mientras que su hija ha abonado algo más, unos 830, para tener acceso a las pistas de esquí.

Janine Appleyard, sin embargo, es la quinta vez que viaja a Andorra -antes lo había hecho a través del aeropuerto francés de Toulousse-, donde pasará un año más las fiestas de Navidad junto a su familia y unos amigos.

"Siempre venimos aquí porque nos encanta", sostiene Appleyard, que explica que el hotel les ha costado unos 900 euros a cada uno y que les entra el desayuno, la cena y una tradición muy británica como es el té de la tarde.

Muchos de los pasajeros han coincidido en destacar la ventaja que supone volar a Lleida en vez de hacerlo a Barcelona, tanto por la proximidad con respecto a sus ciudades de origen como porque el aeropuerto leridano es más nuevo, más pequeño, más tranquilo y menos masificado, lo que agiliza las operaciones y reduce notablemente los tiempos de espera en las instalaciones.

Todos estos pasajeros tomarán el vuelo de regreso a su país el próximo lunes día 26, cuando llegarán a Lleida otros dos aviones de Thomas Cook con nuevos esquiadores.

El delegado de la Generalitat en Lleida, Ramon Farré, acompañado del alcalde leridano, Àngel Ros, ha expresado hoy su satisfacción por cómo ha discurrido la llegada de los primeros vuelos de esquiadores.

"Creo que es el comienzo de lo que puede ser una historia de éxito de este aeropuerto", ha señalado Farré.

El delegado del Govern ha destacado que los aviones han tenido una ocupación superior al 85 %, lo que hace pensar que a lo largo de la temporada de invierno pasarán por Lleida unos 30.000 esquiadores que "generarán riqueza en estas tierras y darán un buen nombre al aeropuerto de Alguaire".

"Hoy es un día en que el aeropuerto despega de nuevo con un nicho de mercado muy interesante como es el touroperador", ha manifestado.

Precisamente, Farré se ha reunido hoy con medio centenar de agentes de viajes británicos vinculados a Neilson-Thomas Cook para darles a conocer la oferta turística de la demarcación, así como las instalaciones del aeropuerto como puerta de acceso al Pirineo.

El objetivo es retener en las estaciones de esquí de Lleida a muchos de estos viajeros, que ahora utilizan el aeropuerto leridano como vía de acceso a Andorra, donde pasan la semana y, por lo tanto, donde se queda la mayor parte del impacto económico que genera este turismo.