
Las autonomías acumulan un inmenso problema de deuda pública, con un volumen que roza los 280.000 millones, el 24,8% del PIB, según las últimas estadísticas del Banco de España. Lo llamativo es que más de la mitad de todo ese montante, 146.500 millones, se lo deben al Ministerio de Hacienda, que les ha ido prestando grandes sumas de dinero desde el año 2012 a través de los mecanismos de liquidez como el FLA o la Facilidad Financiera. Hoy, el Arco Mediterráneo es quien acumula la mayor deuda con España: más del 70% de todo su pasivo, casi 100.000 millones, debe ser devuelto en los próximos años a la Administración Central.
El ministro del ramo, Cristóbal Montoro, habilitó aquellos mecanismos para facilitar financiación a los gobiernos regionales en un momento en el que el grifo de los mercados se había cerrado para ellas. 2012 fue el año más duro de la crisis, e incluso las administraciones más saneadas, Euskadi y Navarra, tuvieron serios problemas para captar dinero de la banca o de otras entidades.
Desde entonces y hasta ahora, los fondos FLA y Facilidad Financiera, que han permitido a las autonomías financiar los servicios públicos; atender vencimientos; y corregir el déficit público, han servido para que ninguna caiga en la quiebra. Pero también ha provocado un nivel de dependencia difícilmente corregible a medio plazo. Cataluña, Valencia, Murcia y Baleares tendrían aún hoy graves problemas para financiarse a través de vías tradicionales sin el apoyo del Estado.
Cataluña es, de hecho, la que debe a Hacienda más dinero, algo más de 49.000 millones de euros, según los cálculos proporcionados también por el Banco de España. Ese montante supone el 65% de todo su pasivo, que sobrepasa los 75.000 millones. Sin embargo, Murcia y la Comunidad Valenciana son las autonomías que, en proporción a su propia deuda, más dinero deben devolver al Estado (el 79% y el 78%, respectivamente). Baleares, también mediterránea, adeuda el 65% de toda su deuda pública, si bien su caso es algo menos preocupante porque al menos está rebajando su déficit público notablemente.
El problema no es exclusivamente mediterráneo, ya que Castilla-La Mancha presenta una dependencia superior al 70% y Cantabria al 60%; pero sí es fiel reflejo de cómo esta región, al margen de una gestión muy discutible por parte de sus gobernantes, ha estado maltratada por el sistema de financiación actual, algo que reconoce en voz baja el propio Ministerio de Hacienda y Función Pública.
A vueltas con la quita
La polémica está servida en torno a esta cuestión desde que el secretario de organización del PSOE, José Luis Ábalos, aseverara a título personal que sería partidario de una quita al menos parcial en el caso catalán y de otras comunidades. Una posición corregida por la dirección socialista que, sin embargo, comparten Miquel Iceta, a la cabeza del PSC; y Ximo Puig, al frente de la Generalitat Valenciana.
El PP, por ahora, se opone incluso a valorar la "ocurrencia" de Ábalos, pero en privado matiza mucho la posición, sobre todo después de escuchar a numerosos expertos: tarde o temprano habrá que tomar medidas con el ingente problema de la deuda autonómica y la quita o la reestructuración suave tendrán que aparecer encima de la mesa.
En este sentido, y en el seno de la comisión de sabios que estudian la reforma de la financiación autonómica, este periódico accedió al documento que remitieron a Hacienda y en el que se refleja una clara división de opiniones. Tal y como informa Ingrid Gutierrez, hay expertos que optan por un rescate suave a la griega, con relajación de intereses y alargamiento de plazos de devolución; hay otros que serían favorables a una quita, siempre y cuando no se premie a quienes hayan incurrido en exceso de gasto: y también hay alguno, propuesto por el Estado, que no apoya ninguna de estas dos soluciones. El otoño despejará previsiblemente por qué solución opta Montoro.
Los problemas del Este español
Murcia, en peor situación
El 79 por ciento de la deuda murciana, en torno a 6.550 millones, debe ser devuelto al Estado por los préstamos recibidos a través del FLA desde el año 2012. Su posición es especialmente delicada porque a día de hoy esta región acumula el mayor déficit público autonómico, del 1,7 por ciento a cierre de 2016. Ese dato complica aún más su desapalancamiento.
Sin tregua para Valencia
El Gobierno de la Generalitat Valenciana es el que más claro ha hablado sobre quitas a las deudas regionales. Su caso es reseñable: en volumen debe a España 34.406 millones, pero por su infrafinanciación reclama un 'perdón' de al menos 20.000 millones. Su déficit, igual que en el caso murciano, es de los más elevados del país y sobrepasa el 1,5 por ciento del PIB.
Cataluña ni siquiera discute
Es la región que más adeuda al conjunto de España, con 49.037 milones. Pese a ello, la deriva independentista del Govern ha hecho que Cataluña ni siquiera asista a los últimos Consejos de Política Fiscal y se haya quedado sin representación, por decisión propia, en el seno de la comisión de 'sabios' que estudia la reforma de la financiación autonómica.
Respira Baleares
Baleares, a tenor de los datos, parece estar haciendo los deberes. Pese a que adeuda a Hacienda el 65 por ciento de su actual deuda, lo cierto es que su pasivo se ha contenido de manera importante desde el año 2015, incrementándose únicamente en 400 millones de euros. A ello hay que sumarle la sustancial rebaja del déficit público, ahora en el 0,4 por ciento.
Problemas manchegos
Castilla-La Mancha acumula una de las mayores deudas regionales con el Estado, del 72 por ciento sobre el total de su pasivo público. Pese a que esta comunidad aprobó, en años de María Dolores de Cospedal, el programa de ajuste más intenso de la España autonómica, su dependencia del mecanismo FLA de Hacienda sigue siendo de las más elevadas.