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"La zona del '22@' es el futuro de Barcelona y por ello hemos cerrado la compra de un centro de 9.000 m2"

  • "Nuestro horizonte de crecimiento es facturar 100 millones"
  • "Queremos centrarnos en Madrid; es más rentable para nosotros"
  • "La inestabilidad política no afecta; Colau y Carmena tampoco"
Bartomeu Fiol, director de expansión y desarrollo de Bluespace.

Bluespace se dedica a alquilar trasteros. Blanco y en botella. No tiene otro objetivo ni actividad suplementaria. Compra edificios, los rehabilita y los alquila a empresas y particulares para guardar todo tipo de objetos.

Pero para que el negocio fundado por un empresario austríaco y otro francés en Barcelona siga funcionando, es clave encontrar las mejores plazas para crear nuevos espacios que sean atractivos de cara al consumidor. Ahí entra Bartomeu Fiol, responsable de expansión de Bluespace, que tiene la misión de rastrear el mercado inmobiliario para hallar oportunidades.

Fiol lleva en la empresa prácticamente desde el inicio, ya que se incorporó en 2005, cuando el fondo Pramerica absorbió la empresa. Aunque en 2014, Bluespace volvió a cambiar de manos, ya que el fondo norteamericano Fremont la compró.

¿Cómo nace Bluespace y de donde surge la idea de los trasteros?

La compañía la fundan Alexander Ruckensteiner y Arnaud Ripert. Ambos coincidieron en Barcelona después de experiencias paralelas en Dallas y Nueva York. Ya en la capital catalana, ambos querían montar su propia empresa, aunaron esfuerzos y de ahí surge Bluespace. La idea de los trasteros viene de sus estancias en Estados Unidos, donde hay muchas empresas como la nuestra, denominadas self storage.

¿Cómo definiría el modelo de negocio de Bluespace?

Es tan sencillo y poco glamuroso como el alquiler de trasteros. Nuestra facturación viene de ahí. Esos trasteros los conseguimos comprando o alquilando edificios en el centro. Es entonces cuando los rehabilitamos, les ponemos chapa y pintura, y los pasamos al departamento de marketing, que se encarga de generar la demanda para que tengan ocupación. Esa demanda la conseguimos, sobre todo, a través de la publicidad en centros comerciales. En definitiva, sitios donde el público es susceptible de necesitar más espacio, como Ikea, y en webs, pues intentamos ser muy digitales.

¿Sólo les interesan edificios en el centro? Eso dista un poco de la idea original americana que todos tenemos en la cabeza, donde los trasteros están en la periferia y hay que ir en coche para guardar las cosas...

Hemos cambiado la idea de Estados Unidos, allí hay mucha movilidad cuando la gente alquila trasteros. Como bien indica, en EEUU están en la carretera, pero aquí su posicionamiento es clave. Si allí priman las casas unifamiliares y los trasteros se utilizan para guardar cosas que no se utilizan, aquí se entienden como una extensión del piso, como una habitación más.

¿Cómo ha cambiado la empresa desde el inicio?

En 2002 comenzamos con tres centros de alquiler en L'Hospitalet, Badalona y Montcada. En 2005 crecimos mucho con el boom de liquidez en el mercado de fondos de capital riesgo. Es entonces cuando se nos plantea la posibilidad de crecer más con la entrada del fondo Pramerica y justo en ese momento compramos las oficinas de Sant Just Desvern -donde tenemos la sede- y El Prat, y damos un paso muy importante, como es el salto a Madrid. También estamos en Valencia, pero no es una ciudad prioritaria para nosotros por ahora.

Pero entonces, viene la crisis. Ustedes se mueven en el sector inmobiliario, que queda muy tocado. ¿Cómo les afectó?

Entre 2007 y 2013 paralizamos la agresiva política de adquisiciones que manteníamos en los últimos años. Aunque también aprovechamos algunas oportunidades de negocio e hicimos campañas originales. En todo caso, nuestro inversor nos da un mensaje claro, optimizar las operaciones que ya habíamos ejecutado y los alquileres que teníamos para capear la crisis. Al principio, nos fue bien, ya que muchas pequeñas y medianas empresas alquilaron nuestros trasteros para sustituir las grandes naves que tenían en los años de bonanza y que ocupaban gran parte de sus costes fijos. El problema vino cuando muchas no aguantaron la larga recesión económica, fue muy duro. Tuvimos que bajar precios para rentabilizar los espacios y mantener la ocupación en un 70 por ciento como mínimo. De ahí nunca ha bajado. En 2014 se produce otro cambio fundamental para la empresa.

Justo con el 'final' de la crisis. ¿Cuál es ese cambio?

Ese año viene el holding Fremont Group y nos ofrecen un family office con Shurgard Storage. Nosotros aceptamos, y desde ese momento estamos muy activos en el mercado inmobiliario.

¿Tienen algún proyecto o adquisición entre manos en Barcelona?

Ahora estamos muy centrados en crecer en Madrid. Pero no queremos dejar escapar ninguna oportunidad si se presenta. En Barcelona estamos buscando en el distrito 22@. Por otra parte, ya hemos cerrado la ampliación de un local de 1.000 metros cuadrados adjunto al centro que tenemos en Rambla con Guipuzcoa. También abriremos un centro en la calle Ganduxer y estamos rastreando posibilidades en Passeig Maragall. Pero sin duda el proyecto más grande que estamos barajando en Catalunya es la adquisición de un edificio que ya está hecho, de unos 9.000 m2, en el propio 22@.

¿Cuál será la inversión?

No podemos decir cantidades. Pero son inversiones importantes, y más teniendo en cuenta que recientemente hemos incorporado centros en Catalunya y que ahora nuestra estrategia está enfocada en crecer en Madrid.

¿Dónde tienen puesta la mira en Madrid?

Vamos a ampliar nuestro centro de Bravo Murillo y también nos hemos quedado con 1.000 metros cuadrados suplementarios que uniremos con el centro que ya tenemos en Atocha. El mes que viene también inauguraremos un nuevo centro en Carabanchel.

¿A qué se debe esa obsesión por la capital?

La rentabilidad en Madrid es dos tercios más alta que en Barcelona. Ahora mismo, de cada seis edificios propios, tres son de Barcelona, dos son de Madrid y uno de Valencia. En esta última tenemos tres centros -son de alquiler desde 2005-. De ahora en adelante, queremos crecer en la capital, sobre todo en el sur.

¿Porqué es más rentable Madrid que Barcelona?

Porque hay mas gente, nos ofrece una mayor masa crítica, podemos facturar más con un centro de 5.000 metros cuadrados, ya que hay más demanda de este tipo de trasteros. También tenemos edificios muy bien situados, y seguimos buscando. Si encontramos uno cerca de La Castellana, mejor que no en Leganés. Se llenan más rápido y el precio medio es más alto. Madrid atrae sobre todo a los grandes fondos de capital riesgo, pero por actividad, en Barcelona hay más por la gran atracción turística que tiene.

¿Sólo les interesa estar allí? ¿Ciudades como Bilbao o Sevilla no están en vuestro mercado? ¿En qué os fijáis para instalaros?

Únicamente nos lo plantearíamos si sale una muy buena oportunidad. En principio no es esta la idea. Estamos mirando por ejemplo una oportunidad en Palma de Mallorca, que hay un inversor allí que quiere asociarse con nosotros. Por lo que Bilbao o Sevilla están a priori descartadas, es más fácil gestionar de forma operativa un centro en Getafe, Móstoles, Fuenlabrada o Alcobendas, que en el País Vasco. Hay otros casos, como Terrassa o Sabadell, donde incorporamos seis centros cuando absorbimos nuestro principal competidor, City Selfstorage. Si hay algún requisito, buscamos ciudades con más de dos millones de habitantes, y a parte de Barcelona y Madrid, no hay ninguna. Ya veremos cuando estemos consolidados en estas.

¿Tienen previsto adquirir a más empresas de su competencia?

No tenemos competencia. Un guardamuebles ahora mismo no es competencia nuestra, porque nosotros ofrecemos otros muchos servicios. La única era City Selfstorages, y ya está consolidada en Bluespace. En todo caso, sí estamos barajando la adquisición de una empresa, pero aún quedan largas conversaciones y negociaciones. Podríamos cerrarla a finales de este año o principios del siguiente.

¿Qué me dice de 'Trastering', la empresa que ha creado uno de los fundadores de Bluespace?

Tampoco lo consideramos competencia nuestra. Ellos tienen solares con contenedores, cerca del Puerto por ejemplo, donde la gente puede dejar sus cosas, y tienen la opción de enviar los contenedores enteros como tal. Esto es interesante para la gente que tiene famiilares fuera, en especial los usuarios de origen africano. El tema de la competencia es complejo, en otros países sí que hay más empresas, como en Reino Unido.

¿Cuál es su cliente potencial?

Tenemos un 65 por ciento de particulares y un 35 por ciento de pequeñas y medianas empresas. Ambos tienen sus servicios dentro de Bluespace, pero lo cierto es que los particulares son los que se quedan más tiempo. También depende de la zona, en el centro el 80 por ciento son particulares.

¿Qué crecimiento prevén?

Antes de la compra de City Selfstorage facturábamos 20 millones con 25 centros. Con la compra consolidada, cerraremos con 25 millones de facturación y 31 centros. El objetivo es llegar a los 100 millones lo antes posible. ¿En tres años? Quién sabe si compramos más competidores.

¿Cómo ve el sector inmobiliario en Barcelona y Madrid? ¿Qué zonas cree que son más atractivas?

Muy positivo. Vuelve a haber liquidez, la gente está animada. En Barcelona la zona más interesante es la 22@, muchas empresas se están interesando y se ve que va a ser un importante centro en el futuro. De hecho, RBA o Mediapro están allí ya. Colonial acaba de comprar un edificio de oficinas. Banco Sabadell está haciendo una apuesta muy fuerte, haciendo promoción por su propia cuenta. Eso son señales ineludibles. Además, es la última zona de Barcelona que queda por ordenar. Después de Diagonal Mar, el eje Glòries. En Madrid nos estamos planteando comprar edificios en la zona sur y en torno a la N40. En los edificios más céntricos tenemos cada vez más demanda, es una prueba del momento que vive el sector. De hecho, en muchos casos nos vemos obligados a subir precios por la demanda.

Con la entrada del fondo Fremont hace dos años, ¿para cuándo la salida a bolsa o al exterior?

No puedo decir esto. Al final, podríamos pensar muchas cosas, es una empresa rentable en un sector con oportunidades atractivas. Se podría pensar que sí, pero no lo puedo decir. Decide el inversor. Tenemos 31 centros aquí y queremos llegar a 50 en tres años, pero en España. Ambos temas han salido en los consejos. Todo depende, si salimos al exterior pensaríamos más en ciudades que en países.

¿Cree que la inestabilidad política está frustrando inversiones?

No creo que afecte. Nos estamos acostumbrando a avanzar sin necesidad de los políticos, como en Italia. Hay alegría, liquidez y la actividad sigue. Veo más alegría que no problemas, y no creo que la cosa vaya a ir a peor. En 2009 sí había problemas, ¿pero ahora? Ha ido bien la reestructuración bancaria y laboral. Sólo creo que los bancos tendrían que abrir un poco más el grifo, todo podría ser más rentable para las pymes. El procés tampoco veo que afecte. Voy cada semana a Madrid, y no veo efectos. Creo que lo único que reactivaría inversiones es eliminar burocracia, es lo único que pediría.

Se mueve mucho en Madrid y Barcelona. ¿Nota la llegada de Colau y Carmena?

Noto que en Madrid hay menos recursos en nuestro sector. No hay tantos recursos y la espera para dar licencias ha aumentado. Nosotros compramos edificios con licencia de trastero. Por su parte, Colau está haciendo que suban los precios realmente, aunque no opero tanto en Barcelona. Se tendría que hacer un debate a fondo sobre este asunto.

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