
El actividad económica del tejido empresarial mejora en todas las comunidades autónomas durante el primer trimestre del año. Y lo hace, además, en todos los ámbitos analizados por el Ecobarómetro elaborado por elEconomista e Informa. Es decir, a pesar de la incertidumbre política, el tejido corporativo se mantiene en una senda alcista: se crean más empresas, se contrata a más gente y las compañías tienen más capacidad de pago.
Evidentemente, este ritmo no es el mismo en todas las regiones. Las compañías españolas con sede en Melilla y en Navarra son las líderes del Ecobarómetro y, por tanto, las más solventes, al obtener las puntuciones más altas al sumar los termómetros, de 51,27 y 50,33 puntos respectivamente. No es ésta una característica que hayan ganado en los últimos meses, ya que respecto al periodo octubre-diciembre de 2015, también son las que -junto a los dos archipiélagos- mejoran de manera menos significativa. Es más, si nos remontamos más atrás, hasta el cuarto trimestre de 2014, Melilla y Navarra siguen encabezando la clasificación general. En tercer lugar se sitúa Madrid, que en el último dato, el correspondiente al primer trimestre del presente año, se desplaza un puesto, hasta el cuarto lugar, en favor de Cataluña.
Subida generalizada
Respecto a la media de las tres variables del índice se sitúa en 46,69 puntos en los primeros tres meses del año, registrando un avance de 1,01 puntos respecto al periodo de octubre a diciembre.
En el cómputo global, donde todas las regiones firman un primer trimestre de mejora, el incremento intertrimestral más elevado es para La Rioja, que se coloca en el sexto lugar del ranking, con 47,87 puntos, y recupera 1,34 respecto al periodo de octubre a diciembre.
De hecho, justo han sido las comunidades en las que las empresas contaban con más probabilidades de incurrir en impago las que han dado un salto a mejor más significativo en los últimos tres meses. Es el caso, por ejemplo, de Castilla-La Mancha, Andalucía y Murcia, regiones en las que, si bien todavía su solvencia se queda por debajo de la media española, que en el caso del índice de capacidad de pago se coloca en los 45,65 puntos, son las que mejoran más significativamente. En los cuatro primeros puestos de capacidad de pago se replica la clasificación general, con Melilla, Navarra, Cataluña y Madrid, en ese mismo orden.
Galicia reactiva el empleo
Uno de los datos más esperanzadores de cara a la recuperación de la economía doméstica llega del termómetro que mide la generación de empleo de las empresas, que además contabiliza la creación de empleo neto en las firmas de la región hasta la fecha de corte.
En este ámbito, destaca el buen comportamiento de Galicia, que se anota una fuerte reactivación del empleo tras un final de año flojo. En concreto, las compañías de la región incrementaron un 15,6 por ciento las contrataciones en los tres primeros meses de 2016, muy por encima de las dos siguientes de la clasificación, Ceuta y Canarias, que crearon un 8,6 por ciento más de empleos en el periodo. De hecho, el acelerón gallego entre enero y marzo ha permitido a la región pasar de los últimos puestos del ranking a encabezar el listado nacional, tanto en el cómputo trimestral como en la suma semestral, donde asciende hasta los 0,18 puntos. En este caso, además, el periodo coincide plenamente con las infructuosas negociaciones para formar Gobierno en Madrid, en los tres primeros meses de un año que finalmente será doblemente electoral para Galicia: la repetición de las elecciones generales y los comicios autonómicos, previstos para el próximo otoño.
La parte baja de la clasificación es para el País Vasco y La Rioja, aunque en cualquier caso estamos hablando de una evolución positiva en todas las regiones. De hecho, la media nacional se anota un incremento del empleo del 5,19 por ciento en el periodo comprendido entre enero y marzo. El aumento de plantilla muy importante para erradicar el talón de Aquiles del desempleo en España que además indica optimismo por parte de los empresarios españoles, que incrementan la contratación en espera de una mayor actividad y consumo, al margen de la inestabilidad pasada, presente y provisiblemente futura en el plano político.