El presidente en funciones de la Generalitat, Artur Mas, aseguró en el primer debate de investidura que el apoyo explícito a la independencia, que en los últimos comicios alcanzó un 47 por ciento de votos, crecerá en "poco tiempo" e incluso pronostica que "pasará del 50 por ciento si Madrid hace lo que preveemos que haga".
Estas palabras dirigidas al líder de los socialistas catalanes, Miquel Iceta, en referencia a la falta de legitimidad que tienen JxSí y la CUP para impulsar el proceso de independencia a través de la polémica resolución al no tener una mayoría de apoyos independentista fue contestada con esta apuesta por parte de Mas.
Por lo que, el líder de Convergència desveló algunos indicios de cuáles son las intenciones del Parlament con mayoría independentista para conseguir la secesión, y parece que será seguir presionando con medidas como la resolución aprobada ayer por la mañana para que el Gobierno central "haga lo que prevén" y así generar un efecto rebote para que muchos ciudadanos catalanes indecisos o a favor del derecho a la autodeterminación (11 diputados de Catalunya Sí que es Pot) giren hacia el independentismo.
Presidente, no a cualquier precio
Mas también alertó que "no está dispuesto a hacer lo que sea" para ser investido de nuevo como presidente de la Generalitat. En un mensaje claro a la CUP, que ya adelantó que no creía que hoy fuera a conseguir su apoyo, volvió a reiterar de que sin president el proceso está encallado. Una tesis que la CUP no comparte, y que el diputado Benet Salellas de la izquierda independentista, contestó a Mas con la proposición de un candidato de consenso como el número uno de JxSí, Raül Romeva.
A pesar de todos los procesos de investigación sobre corrupción que afectan a Convergència, Mas vinculó el inicio de estos registros con el auge del independentismo.