
Con el crédito bancario cerrado a cal y canto, las vías de financiación alternativas que constituyen los fondos de capital semilla o los inversores privados conocidos como business angels se presentan como un pequeño oasis para los emprendedores. Según el profesor de Esade Manuel Matés, sus inversiones se han convertido en la principal fuente de financiación en nuestro país para ellos.
Matés fue un pionero del emprendedurismo y en la década de los 90 cofundó Cinet. Es, además, el autor del primer estudio exhaustivo sobre los business angels. Sus datos reflejan que en 2011 estos inversores privados inyectaron vía capital 59,4 millones de euros en 179 empresas en fases iniciales, con una inversión media de 332.015 euros.
En España se ha producido durante los últimos años una auténtica eclosión de este tipo de inversores. Según la Asociación Española de Business Angels, este país lidera en Europa la representación de redes de estos inversores privados al concentrar el 14 por ciento del total -con cerca de 70 redes-. El dato contrasta con los porcentajes de países con más tradición en esta actividad, como Reino Unido o Alemania, con un 11 y un 5 por ciento, respectivamente.
A la cabeza en redes
Sin embargo, para algunos de los operadores del sector, este dato lleva a engaño, ya que este incremento no se ha trasladado a un alza proporcional de las inversiones. Pedro Bisbal, director de la red valenciana Cvban, reconoce que "estamos a la cabeza de Europa en número de redes pero a la cola en inversores y operaciones".
Bisbal explica que "al calor de las subvenciones se aproxima un nutrido grupo de entidades que emanan de Administración, asociaciones y otras entidades que destinan las ayudas al propio mantenimiento de sus estructuras y no a la divulgación, formación y apoyo a emprendedores y potenciales business angels".
Pese a la efervescencia del sector, las voces de alarma comienzan a surgir. Manuel Matés ve "síntomas de desaceleración" por una fiscalidad que castiga a los inversores privados y advierte de que se "pierda una oportunidad histórica porque estamos muy alejados de lo que es necesario". Marcos Salas, socio de webcapitalriesgo, reconoce también que la fiscalidad en nuestro país se encuentra muy alejada de otros países europeos.
Las próximas medidas de apoyo que pondrá en marcha el Gobierno son claramente insuficientes para Matés. Entre esas medidas está el 15 por ciento de desgravación para los business angels en la cuota nacional del IRPF, muy inferior respecto a otros países europeos, como Reino Unido, que la eleva al 50 por ciento.
Además, sólo se beneficiarán de la exención del 50 por ciento de la plusvalía siempre y cuando se reinvierta en otra entidad de nueva o reciente creación: "El business angel, antes de tener una salida con éxito, habrá perdido con otras inversiones, y precisamente en la que gana le condicionamos a que vuelva a invertir si quiere beneficiarse de la plusvalía", explica Matés, que además de profesor de Esade es fundador de la red de networking Necotium. Matés alerta además de que no se recoge la posibilidad de beneficios fiscales en el caso de la coinversión, fórmula utilizada en un gran porcentaje de casos en nuestro país.
En Cataluña, la demanda de inversión no ha parado de crecer en los últimos años. Ante la avalancha de peticiones, el Institut Catalá de Finances de la Generalitat ha modificado su política de ayudas. El ICF ha apostado por la coinversión junto a inversores privados en forma de préstamos participativos para la creación de nuevas empresas o empresas en fases iniciales. De esta forma "queremos multiplicar el efecto de los recursos públicos sobre el tejido de nuevas empresas catalanas", indican desde la institución. También es cierto, que es una forma de poder atender un mayor número de proyectos
En estos momentos, en Cataluña existen oficialmente 13 redes de business angels asociados a los préstamos participativos del ICF. Sin embargo, operan muchas más. Los inversores se agrupan en redes para afrontar al menos 8 ó 10 proyectos, ya que un menor número de inversiones no garantiza la rentabilidad, porque el porcentaje de éxito de estas nuevas empresas se sitúa entre el 10 y el 20 por ciento.
Desconocimiento
Pese a la proliferación de redes, el grado de conocimiento es todavía demasiado bajo. En Galicia, las solicitudes de emprendedores que optan por otras vías de financiación alternativas no han aumentado. Gautier de la Serna, socio fundador del despacho de abogados y consultores De la Serna y Calviño, explica que en la comunidad el conocimiento sobre este tipo de instrumentos es "bastante nulo" y destacó además, que el perfil de las solicitudes suele ser "demasiado bajo".
En este sentido, asegura que los emprendedores gallegos ven el business angels como el "último recurso" de financiación. Prueba de ello es que en el último año sólo dos de los proyectos presentados fueron seleccionados para ser estudiados, pues la mayoría tiene claro la idea a desarrollar pero no es lo suficientemente "elaborada y madurada" para que los inversores se interesen en ellos.
Carlos Conde, presidente de la Sociedad de Planificación y Desarrollo (Sopde) de la Diputación de Málaga, que gestiona la red Málaga Business Angels, asegura que la crisis ha aumentado las peticiones de financiación a través de esta red, "lo que muestra el trabajo que hacemos de apuesta por el emprendimiento y las pymes, la innovación y las nuevas tecnologías. Esta forma de apadrinamiento empresarial puede ser considerada como la innovación llevada al campo de la financiación, ya que no sólo se aporta capital, sino también más intangibles como la experiencia y la apuesta por la calidad. E incluso puede abrir la puerta de vías de financiación tradicional."
También considera que la sequía de financiación ha dado más oportunidades para los business angels. "Ante la rebaja de la financiación tradicional, esta vía se postula como una alternativa eficaz e innovadora, porque no sólo se aporta capital sino también conocimiento y contactos, un patrimonio que un empresario consolidado transmite a los emprendedores. Con la crisis, estas herramientas se abren como una posibilidad cierta".
El solicitante tipo tiene unos 33 años de edad y suele obtener cantidades que rondan los 70.000 euros y pueden provenir de uno o varios inversores.
Un buen ejemplo es Yerbabuena Software, especializada en tecnología semántica, que ha utilizado por primera vez inversión privada para relanzar su negocio, concretamente para su expansión internacional, según explica José Luis de la Rosa, uno de los socios. La joven TIC malagueña ha buscado a una compañía catalana, The Crowd Angels, para lograr financiación de este tipo de inversores.
Yerbabuena, la primera empresa malagueña que se instaló en Silicon Valley, la meca de las empresas tecnológicas, ha conseguido 750.000 euros para ampliar capital. Una parte de esa inversión procede de business angels, que invierten 300.000 euros; la misma cantidad, 300.000 euros, viene de fondos Jeremie, que gestiona la Agencia Idea de la Junta de Andalucía, y el resto, 150.000 euros, a través de un organismo público estatal.
De la Rosa se muestra satisfecho con la inversión conseguida, aunque ligeramente decepcionado porque el dinero "llega un poco tarde". "Queríamos que la inversión hubiera llegado a principios de año, pero se ha retrasado hasta ahora. No obstante, afrontamos el futuro con mucho optimismo, ya que uno de los proyectos más importantes que tenemos es la expansión internacional. Este dinero es esencial para seguir creciendo en el extranjero. Toda nuestra estrategia en Estados Unidos y Latinoamérica estaba condicionada a esta inversión", subraya. Yerbabuena, instalada en el PTA, tiene previsto invertir 1,5 millones en 2013. El pasado año, la empresa malagueña fue seleccionada entre las cien más destacadas de Estados Unidos.
Desde que la Fundación Aragón Invierte -entidad sin ánimo de lucro y con un patronato formado por el Gobierno de Aragón, las obras sociales de CAI e Ibercaja, Asociación de Jóvenes Empresarios de Aragón (AJE) y Asociación de Empresas Familiares de Aragón (Aefa)-, se pusiese en marcha en septiembre del año pasado para articular una red de business angels en Aragón, se han presentado 157 proyectos de los que 18 están aprobados y próximamente está previsto que se cierren ya las tres primeras operaciones, además de contar con 22 business angels dados de alta. De momento, está descartado el 20 por ciento de los proyectos presentados porque "hay proyectos que son viables y factibles pero no invertibles", aclara Pedro Mata, gerente de la Fundación Aragón Invierte.Con la crisis, la Fundación Aragón Invierte no ha notado un mayor aumento en la prestación de proyectos. "Tuvimos un momento de avalancha con el lanzamiento, pero ahora estamos recibiendo unos cinco proyectos al mes", según explica Pedro Mata.
Las ideas presentadas proceden principalmente de personas jóvenes, con una media de edad de 35 años y con una experiencia laboral previa en el sector que les facilita la creación del negocio. Por áreas de actividad, los proyectos presentados se corresponden con el sector TIC en el 40 por ciento; les siguen las industrias creativas, con el 17 por ciento, y las manufacturas, con el 17 por ciento. Por su parte, la biotecnología y la medicina agrupan el 6 por ciento, y el software el 5 por ciento.
Más competencia que nunca
Normalmente, una operación de business angel puede cerrarse en un tiempo medio de seis meses, aunque ahora la decisión para los inversores es más complicada porque "hay un exceso de proyectos que compiten entre sí. Siempre ha habido competencia, pero ahora es mayor. Antes, el inversor tenía que elegir entre tres o cuatro proyectos, pero ahora hay diez", afirma Pedro Mata.
Otro inconveniente, según explica el gerente de la Fundación Aragón Invierte, es que los emprendedores "piensan que estamos en Silicon Valley y que las redes de aquí son como las de allí; que se cierran rondas de financiación de cinco millones de dólares. Pero cada ecosistema es diferente".
Dentro del capital semilla, desde Sodiar (Sociedad para el Desarrollo Industrial de Aragón) se atiende, dentro de la línea de emprendedores, a empresas que se encuentran en fase de semilla, para aportarles los recursos que precisan en los primeros estadios. Estos proyectos se atienden a través de fondos del Gobierno de Aragón para personas que quieren poner en marcha una empresa que incluyen préstamos participativos de un máximo de 25.000 euros por proyecto. La dotación económica global asciende a 400.000 euros. Dentro de esta línea, que se lanzó hace un mes, "se han aprobado cuatro proyectos y otros seis están pendientes de aprobación", explica Pedro Barreiro, responsable de Sodiar.
La empresa AlphaSip -del sector de la bionanotecnología y centrada en el desarrollo de dispositivos de diagnóstico médico-, acudió a Sodiar para poner en marcha un laboratorio que permitiera a la empresa optar a proyectos europeos y "nos dio el impulso para atraer una inversión indirecta para Aragón de cuatro millones de euros con un proyecto de 22 socios de 29 países y 24 millones de euros de los que ocho eran para España", explica Miguel Ángel Roncales, responsable de AlphaSip.
"En Sodiar fueron más ágiles y flexibles que el capital riesgo y no hemos perdido la propiedad ni nos hemos diluido. Sin su apoyo el proyecto no hubiera sido posible, porque se necesita personal, traer maquinaria? Además, permitió que nos ancláramos como empresa porque estábamos en el aire". A ello también ayudó la colaboración de CEEI Aragón, vivero empresarial en el que tienen su sede, y de Aragón Exterior, explica Miguel Ángel Roncales. La ventaja de esta colaboración es que "el empresario tiene las riendas del negocio y no está tan vigilado como con otras vías de financiación. Nos han ayudado y esto te lo da un inversor cercano", asegura.
Un apoyo que ha permitido que la empresa disponga de unas instalaciones con las que competir en Europa y aumentar la plantilla, pasando de cuatro a catorce personas, aparte de conseguir tres proyectos europeos y tener tres patentes en los últimos tres meses. "Nos ha permitido también que la tecnología española se quede en España y que los cerebros se queden en casa y atraer talento de otros lugares como Harvard o el MIT", concluye Miguel Ángel Roncales.
En abril de este año la asociación de alumnos del área económica de la Universidad de Deusto, Alumni La Comercial, puso en marcha la creación de un club de inversores, DeustoInvest, una escuela de business angels que ayuden a financiar y a prosperar a iniciativas empresariales de base tecnológica en fase de lanzamiento.
En menos de cuatro meses, los resultados de Deusto Invest son francamente impresionantes. Ha atendido a 70 personas interesadas en conocer la herramienta, de las cuales el 85 por ciento han continuado con gestiones más avanzadas con vistas a formar grupos de inversión.` De esta forma se han constituido ya 15 grupos compuestos por una media de tres inversores.