La estadística oficial del número de extranjeros residentes en España no se mueve a la baja sino todo lo contrario. Pese a la constante salida de inmigrantes de nuestro país por la crisis económica, no se ha reducido el número de residentes foráneos, que sigue aumentando y alcanza ya la cifra histórica de 5,2 millones de personas.
La explicación se encuentra en que las salidas se compensan con la regularización de inmigrantes ilegales, en unos casos, y por el reagrupamiento familiar en otros.
Del total de 5,2 millones de extranjeros que a finales del pasado año vivían en nuestro país, 2.554.618 son residentes procedentes de la Unión Europea y 2.696.476 corresponden a extranjeros de terceros países. El 82 por ciento de los extranjeros residentes en España (4.305.278 personas) se encuentra entre los 16 y los 64 años de edad, es decir, en edad de trabajar. En esa fecha, estaban dados de alta en la Seguridad Social bien por cuenta propia o como autónomos apenas 1,7 millones.
Tres nacionalidades copan el grueso de este colectivo inmigrantes. Rumanos (900.000), marroquíes (800.000) y ecuatorianos (400.000) suman en total más de 2.151.000 residentes.
El catedrático de Sociología de la Universidad de Barcelona, Miguel Pajares, uno de los principales expertos sobre inmigración en nuestro país, asegura a elEconomista que "se está produciendo una salida intensa de inmigrantes pero el retorno no está siendo masivo".
"No va a bajar"
Este experto, colaborador del Observatorio Permanente de la Inmigración, explica que "en 2009 se desaceleró la entrada y en 2010 disminuyó el número de inmigrantes legales. Pero cuando acabe la crisis vamos a tener un número similar al actual, se va a estabilizar en un 10-12 por ciento de la población total. Tampoco va a crecer, porque el grueso de la inmigración siempre ha llegado por los aeropuertos y al calor de la construcción, y ese fenómeno ya no va a volver. Puede seguir llegando la inmigración extrema, la de las pateras, pero no es significativa a efectos estadísticos".
De hecho, de los crecimientos de casi un millón de nuevos residentes que se registraron en 2007 se ha pasado a los apenas 325.000 de 2011.
Pajares rechaza la tesis de que las prestaciones sociales que disfrutan los inmigrantes en nuestro país retraigan la salida de muchos de ellos. "Nunca han sido un reclamo para la inmigración. El ejemplo más claro es el País Vasco, que es la región con mayores prestaciones y que incluso por empadronarse les daban una pensión mínima, pero la población inmigrante nunca superó el 5-7 por ciento mientras que en el resto de España es del 10-12 . La razón es que no había tanta oferta de trabajo en el sector de la construcción como en otros sitios". Apunta, sin embargo, que la prestación por desempleo puede haber retardado la salida en algunos casos. "La gente aguanta a ver si encuentra trabajo hasta que se acaba y entonces se va".
Menos reagrupamiento
Pese a que muchas familias se van, otras se consolidan en España. Aunque también el reagrupamiento está bajando sustancialmente todavía tiene un peso importante en el censo de residentes extranjeros en nuestro país.
Es el caso de Cataluña, donde el pasado año las oficinas de Extranjería tramitaron un 28 por ciento menos de solicitudes de reagrupación familiar que en el año 2010. El dato confirma el descenso iniciado en 2008 en solicitudes de reagrupamiento que cae por cuarto año consecutivo.
De las 43.752 solicitudes de reagrupación familiar gestionadas en las oficina de Extranjería de esta comunidad en 2007 -año en que se alcanzó la mayor demanda-, se han pasado a tramitar 14.834 expedientes en 2011. El 60 por ciento de estas 14.834 solicitudes fueron aprobadas. Ello significa que 10.533 ciudadanos extranjeros se reunirán en España con el familiar que ha instado la reagrupación una vez que los consulados españoles en los respectivos países de origen les otorguen el correspondiente visado.
Información elaborada por Rafael Daniel, Javier Alfonso,
Carmen Larrakoetxea, Jordi Sacristán, Carlos Pizá, José María Camacho, Eva Sereno y Ruth Lodeiro.
