San Sebastián, 27 sep (EFE).- El director estadounidense Paul Thomas Anderson se mostró hoy satisfecho del cine que hace, encantado de recibir el premio Fipresci por "Pozos de ambición" por ser una decisión de la crítica, y optimista ante la continuidad del cine independiente a pesar de la crisis existente en Hollywood.
Relajado y al principio parco en palabras, Anderson dio hoy una rueda de prensa en el Festival de Cine de San Sebastián, ciudad en la que esta noche recogerá el premio Fipresci de la crítica internacional, que ha considerado "Pozos de ambición" la mejor película del año.
Y habló de su cine pero también del cine en general, de su gusto por las películas independientes y por las grandes producciones, y se mostró convencido de que hay sitio para todo.
"Como cada año hay cosas buenas y malas. Sé que hay mucho pánico en Hollywood", y que se habla de divisiones pequeñas de la industria cinematográfica que se están cerrando, lo que puede suponer el fin del cine independiente.
Pero, agregó, "es algo que ya se ha dicho otros años. Hay un momento de estancamiento y, de repente, surgen dos o tres películas maravillosas. Es tan transitorio como todo lo que ocurre en el mundo del cine".
Al respecto, destacó el último trabajo de Jonathan Demme, "Rachel getting married", "una gran película" y un director que es una de sus fuertes influencias. "He venido -a San Sebastián- porque sabía que estaría aquí", reconoció.
Y del futuro inmediato aseguró no tener ningún plan concreto para una película aunque sí señaló que le encantaría trabajar de nuevo con Daniel Day Lewis, protagonista de "Pozos de ambición", papel por el que consiguió un Óscar.
"Hemos planeado hacerlo en los próximos años", dijo el director, que, preguntado por la posibilidad de haber utilizado a otro actor para su película, afirmó que le encantaría "pensar que podría haber hecho la película sin él. Pero escribí el guión y planifiqué la película pensando en él".
En aquel momento, explicó, "no podía pensar en ninguna otra persona porque el papel era muy específico para él. Incluso en estos momentos me resultaría difícil trabajar con cualquier otra persona".
En cuanto al largo tiempo que pasa entre sus proyectos, señaló que es una combinación de muchas cosas.
"No es por falta de esfuerzo. Siempre estamos trabajando hacia un objetivo final. Ojalá pudiese tener disciplina y capacidad para escribir una película al año", pero "la vida real te distrae, la familia, el béisbol".
Ese distanciamiento entre sus películas ha hecho que su filmografía sea aún corta -cinco largometrajes- pero muy variada ya que siempre ha procurado no volver a hacer algo que ya hubiera hecho. "Me provoca aburrimiento y no quiero repetirme", lo que le lleva a tener miedo ante cada nuevo proyecto, una "sensación emocionante".
Anderson recogerá esta noche en la gala de clausura del Festival el premio Fipresci, que ya recibió en 2000 por "Magnolia" y que tiene un significado "especialmente fuerte" para el realizador ya que se trata de un "reconocimiento" y un "aliento" de un colectivo al que, frente a la mayoría de los directores, él aprecia. EFE