
Dani Rovira, el actor revelación de 2014, ha dicho hoy a que el equipo de Ocho apellidos catalanes, la secuela de la película española más taquillera de la historia, Ocho apellidos vascos (2014), está "preparado" para su estreno: "Más de lo que nos ha pasado con la primera, ya no nos va a pasar".
Rovira (Málaga, 1980), habló sobre su debut en la literatura, un pequeño libro de microrrelatos ilustrados por Mónica de la Riva, Agujetas en las alas (Verso&Cuento, Aguilar), ha asegurado que, "tanto si es un supermegaexitazo como si fracasa, lo bonito es que uno ha puesto todo el corazón y lo mejor que tiene".
"La primera película nos pilló un poco de improviso y nos dio un golpe muy grande. Quedamos conmocionados con todo lo que sucedió entonces, pero (con ésta) no creemos que vaya a ser tanto como con la primera", reconoce el actor, presentador y monologuista, que comparte reparto con su novia en la vida real, Clara Lago, también en la segunda.
La película, que llegará a los cines el próximo 20 de noviembre, cuenta cómo Amaia (Lago) y Rafa (Rovira) tienen un bache en su relación, así que deciden romper y separarse. Mientras él vuelve a su Sevilla natal, ella se va a vivir a Girona, pero, cuando Koldo (Karra Elejalde) se entera de que su hija se ha enamorado de un catalán llamado Pau (Berto Romero), después de romper con Rafa, intenta poner "remedio". Dirigida también por Emilio Martínez Lázaro, Ocho apellidos catalanes ha sido escrita por los mismos guionistas de la primera, Borja Cobeaga y Diego San José, y además del elenco protagonista, repite Carmen Machi y se suman Romero, Rosa Maria Sardà y Belén Cuesta.
Estrenada en marzo de 2014, Ocho apellidos vascos acumuló 56,2 millones de euros en taquilla, lo que la colocó como la segunda película con mayor recaudación en España, sólo por detrás de Avatar, la tercera más vista de la historia de España con casi 9,5 millones de espectadores y la de mayor permanencia en el número uno de la taquilla, con 67 días.
A pesar de semejantes datos, Rovira asegura que no siente "ni vértigo ni miedo ni nada. El miedo -dice- hay que gastarlo cuando merezca la pena, cuando te falle la salud o a tu hermano le pille un coche".