
Envuelto en papel, en una caja de estaño y en perfecto estado. Así han encontrado un grupo de científicos neozelandeses un pastel de frutas de más de 100 años en un refugio de la Antártida, que se cree que perteneció a Robert Falcon Scott, un explorador de la Marina Real Británica que dirigió dos expediciones a esta zona y que murió en el viaje de regreso del último.
La noticia ha sido dada a conocer por la fundación Antarctic Heritage en Christchurch este mismo jueves. El bizcocho, fabricado por Huntley & Palmers, estaba entre otros artilugios que se habían quedado en Cabo Adare. Aunque el estaño estaba en mal estado, el pastel en sí parecía y olía (casi) comestible.
El pastel probablemente perteneció a la expedición de Terra Nova (1910-1913), ya que se ha documentado que Scott tomaba esta marca de pastel.
Desde mayo de 2016, un equipo de cuatro personas ha estado trabajando en el laboratorio del Museo de Canterbury con más de 1500 objetos encontrados en Cabo Adare para su restauración. Una vez listos son devueltos al mismo refugio para su conservación.
La 'cabaña' fue construida por la expedición noruega Carsten Borchgrevink en 1899 y más tarde utilizado por Scott y sus hombres en 1911.