Ciencia

Sexo con androides: así avanza el mercado para fabricar el robot sexual perfecto

El desarrollo del conocimiento en el campo de la inteligencia artificial avanza a pasos agigantados. Con ella, múltiples industrias caminan de la mano, y una de las más pujantes es la de los robots sexuales.

Atrás quedaron los muñecos sexuales, cada vez más perfectos. La inteligencia artificial ha permitido dar un paso más y crear un mercado de androides destinados a dar placer, relata este domingo el diario La Vanguardia.

Los modelos femeninos siguen siendo los más solicitados, y son EEUU y Japón los países que más encargos realizan y que mayores esfuerzos están dedicando a desarrollar esta industria.

Por el momento, el robot Roxxxy es el más avanzado del mundo. La apariencia se acerca cada vez a la de los humanos, utilizando complejas siliconas que simulan la piel. Pero la inclusión de programas informáticos, sensores e inteligencia artificial provoca que el robot pueda responder a estímulos, simular emociones e incluso aprender lo que más placer provoca a sus dueños.

Además de Roxxxy, creada por Douglas Hines, existen otros modelos de robot que luchan en el combate por el perfeccionamiento. Asuna, creada por la industria japonesa, destaca por una simulación de piel que roza lo humano.

Harmony, fabricada en EEUU, tiene un programa informático de funcionamiento que la asemeja a un videojuego en el que se van superando niveles. Según cómo la tocas, la androide irá respondiendo con distintos estímulos.

El único modelo masculino en la industria es Rocky (versión masculina de Roxxxy), que aún presenta pocos avances en su imagen. Al existir más demanda entre hombres heterosexuales por este tipo de robots, todos los esfuerzos están volcados en perfeccionar los modelos femeninos.

El coste de uno de estos robots femeninos se encuentra entre los 4.000 y los 9.000 euros. Sin embargo, un robot masculino tiene un precio mucho menor, alrededor de los 1.500 euros.

Algunos expertos en robótica aseguran que, en 20 años, los robots sexuales formarán parte de la vida cotidiana. Psicólogos y sexólogos consultados por La Vanguardia, por el contrario, son reacios a pensar que estos androides vayan a sustituir las relaciones íntimas ya que requerirían de una inteligencia tan avanzada que permitiesen incorporar el afecto, la complicidad o la comunicación con la pareja. Los modelos actuales solo podrían satisfacer una "sexualidad mecánica y compulsiva".

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