
Un equipo de investigación hispanofrancés ha logrado identificar indicios del que sería el primer corazón hidrostático en una protoestrella, localizada en la nube molecular de Perseo.
Para llegar a dicha observación, solamente se puede investigar sobre nubes protoestelares que se encuentran en fase de conversión hacia una estrella, que se caracteriza por ser una etapa crítica y corta. Por esta razón, los investigadores decidieron volcarse sobre la nube molecular de Perseo que alberga dos elementos que podrían ser primeros corazones hidrostáticos (B1b-N y B1b-S).
Se observaron el flujo molecular que desprendían los dos elementos, determinando así sus tamaños, velocidades y edades. Una vez conocidas sus características, los investigadores confirmaron que estaban ante dos flujos moleculares necesariamente jóvenes (menos de 1.000 años en tiempo astronómico) y que podrían ser candidatos a primeros corazones hidrostáticos.
Los investigadores concluyeron que la fuente molecular B1b-S ya está en una fase muy activa, a pesar de ser joven, como para ser primer corazón hidrostático. Sin embargo, la fuente B1b-N cumple las condiciones perfectas de un primer corazón hidrostático y es un ejemplo perfecto de la etapa crítica de la vida de las estrellas.