El Tour de Francia da lugar a escenas irrepetibles. No todas son agradables. Algunas muestran el sufrimiento de un deporte poco agradecido. Que se lo pregunten a George Hincapie. El eterno gregario de Lance Armstrong se ha convertido en la comidilla de la ronda gala gracias a sus varices que deforman de manera increíble sus desgastadas piernas.
El ciclista afirma que no le duelen, que es algo normal y que se deben a un problema endémico que ya no puede retirar de sus piernas. Sin embargo, la escena duele sólo de verla, por mucho que este neoyorquino de origen colombiano insista en que no son un problema para él.
Hincapie es, a sus 38 años, protagonista del Tour por otra circunstancia distinta: es el ciclista que más ediciones ha disputado junto con Joop Zoetemelk.
Ambos han corrido hasta 15 rondas galas, con la diferencia de que éste sí que ha subido varias veces al podium, mientras que Hincapié siempre será recordado por ser el eterno ayudante del siete veces campeón del Tour.
Lleva ya dos temporadas en BMC y amenaza con seguir algunas más, con lo que batiría el reto de Zoetemelk. Si lo hace, será historia por su participación en el Tour y por ser el ciclista que batió un record con piernas de monstruo fruto del esfuerzo de un currante de la carretera.
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