Cataluña

Derrota

Balcón con banderas de España, Cataluña y la estelada. Efe

Con el fin de saber dónde uno se encuentra, debe hablarse claro. Es el único medio que conozco para tomar decisiones correctas a partir de unos hechos bien definidos y analizados.

Los objetivos que se marcaron los convergentes y republicanos de la mano de Artur Mas y su equipo en el año 2012 no se han alcanzado. Cataluña, ni ha celebrado un referéndum sobre su independencia que posea las garantías exigidas a cualquier votación por parte de un organismo internacional, ni es independiente.

La derrota de todos los políticos que se sumaron a este proyecto es evidente. Unos en prisión, otros exiliados y otros, en formaciones políticas diversas que intentan sobrevivir al día después.

Es indudable que cuando una organización o grupo no consigue los objetivos pretendidos, fracasa y este fracaso posee el nombre de derrota cuando se trata de lucha política. Hasta el siglo pasado estas luchas se desarrollaban con armas y con víctimas. La victoria y la derrota eran claras y no existía la duda. Hoy, hemos conseguido entre todos, que las pretensiones de los contendientes se diriman de un modo incruento, pero no por ello dejan de existir vencedores y vencidos.

Ante esta lucha incruenta puede darse la tentación, por parte de algunos contendientes, de camuflar la realidad, de disfrazarla con el fin de que jamás parezca una derrota. Que el fracaso no exista y de este modo, los políticos que han protagonizado esta lucha, pueden continuar como si nada hubiera ocurrido y plantear nuevos objetivos y seguir disimulando ante la ciudadanía su derrota.

En cuanto al partido, el que inició la lucha, CiU, ya no existe, se transformó en PdeCat y ahora la Crida y muchos de sus dirigentes se apartaron y fundaron nuevos partidos con nuevas siglas.

Es cierto que la derrota destruye y ahuyenta, pero más lo hace el no reconocerla, el esconderla, el gastar energías en camuflarla. Así no se puede reorientar el futuro, esta actitud no permite examinar las causas del fracaso. Los motivos por los que se ha fallado. El no admitir la realidad imposibilita la crítica y provoca engaño en quienes han creído en un determinado ideal.

Cuanto antes se admita la derrota, antes podrá iniciarse una nueva andadura replanteando estrategias y etapas.

Así como es cierto que los políticos que han dirigido el llamado procés han fracasado y han sido derrotados, también es cierto que el problema catalán existe, existe y en profundidad, y un día u otro deberá afrontarse en toda su dimensión para encontrar una solución consensuada. Pero este tema lo dejamos para el siguiente escrito.

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