
La sanidad catalana tiembla ante la parálisis presupuestaria que vive Cataluña. El colapso en las urgencias que sufren algunos hospitales, sumada a la incertidumbre por los planes de eliminar el "ánimo de lucro" por parte del conseller Toni Comín, hacen que los diferentes centros, privados o públicos, se unan para pedir a Junts pel Sí y la CUP que pacten los Presupuestos.
La epidemia de la gripe ha dado la puntilla en los hospitales catalanes, con centros desbordados y que se encuentran en mínimos de personal, tras años de recortes. Especialmente grave ha sido la situación en el Hospital Vall d'Hebron o en el Parc Taulí de Sabadell, con pacientes en urgencias más de 24 e incluso 48 horas. Pero el problema no es puntual. La sanidad catalana sufrió un tijeretazo por parte del Gobierno de Mas de 1.500 millones de euros. Pero si para reflotarlo, el sistema público-privado catalán parecía una fórmula de éxito, el nuevo conseller hizo público desde el inicio su intención de extirpar la actividad privada.
La actividad privada peligra
La huella de las empresas privadas en el sistema sanitario catalán no es menor, se calcula que aproximadamente el 25% de la actividad está concesionada, lo que equivale a unos 2.400 millones de euros. Pero tanto en centros primarios, sociosanitarios como agudos, las empresas que trabajan temen a un conseller que acusan de actuar bajo "el dogmatismo, sin mirar por la calidad del servicio".
Y es que las compañías sufren especialmente la falta de presupuesto, ya que trabajan con los mismos conciertos sanitarios que pactaron en 2015. El hecho de operar con contratos pactados hace dos años provoca que muchas empresas sufran dificultades, ya que "los costes de muchas materias y del propio personal han aumentado", afirma un gerente de uno de los centros que prefiere no revelar su identidad.
El director del centro sociosanitario Sant Antoni, Pedro Ayesaguix, afirma que "lo que más nos preocupan son los impagos, que llegaron a ser de 150 días, y que hace que peligren nóminas". También reconoce que "teme" una posible 'nacionalización' del centro.
Y es que el conseller ya extinguió el contrato que mantenía con los hospitales de Quirón Salud, como la Clínica del Vallés y el Hospital General de Cataluña. De hecho, por este último intentó pujar y sumarlo al sistema público por apenas 50 millones de euros, una cifra que no alcanzaba ni la inversión que hizo la compañía propietaria en el hospital durante el ejercicio 2014.
El problema para los operadores privados, y en este caso con los sociosanitarios, es que no haya unos presupuestos aprobados. Sin las nuevas cuentas, estos centros no pueden renegociar las condiciones de sus contratos públicos que les concesionan la actividad. Por lo que, sin ninguna reunión prevista con el conseller, los centros privados siguen dando el mismo servicio con el gasto de dos años atrás.
Recortes encubiertos y déficit
El conseller hizo gala ayer, durante la Comisión de Salud, de presentar "los Presupuestos más sociales de la historia y revertir un 37% los recortes", tras aumentar en unos 400 millones el presupuesto. Sin embargo, aunque el gasto a nivel nominal sube, en proporción es más bajo, como denunció el diputado del PP, Santi Rodríguez. De hecho, el gasto que se destinaba a reducir las listas de espera se ha recortado a la mitad, de 96 millones a sólo 45 millones de euros.
Otros miembros de la oposición también recordaron al conseller que, a pesar de aumentar en 400 millones la partida, el sistema sanitario catalán lleva gastando durante los últimos años más de 1.000 millones sobre lo presupuestado.
En respuesta a la oposición, un Comín visiblemente enfadado contestó que "hay un acuerdo que no consta en los Presupuestos, porque no se puede incluir, de que el peso relativo en el total de los Presupuestos será el mismo en 2017". Por lo que reconoció abiertamente que su conselleria no cumplirá con el gasto previsto, y que además, se excederá en un mínimo de 600 millones de euros.
Comín se reafirmó en su intención de nacionalizar los hospitales privados, aunque dijo que una posible oferta por el Hospital General de Cataluña, propiedad de Quirón, no está incluida en los presupuestos de este año. El conseller también aludió a una "campaña mediática en su contra".