Reorganización en Damm. A partir del próximo enero, la dirección del grupo cervecero sufrirá algunos cambios. Quien ha sido director general de Damm desde hace 25 años, Enric Crous, dejará sus funciones en la compañía para liderar como consejero delegado una de las apuestas más fuertes del grupo: Cacaolat.
La empresa de batidos es copropiedad al 50% de Damm y de la embotelladora de la familia Daurella, Cobega, desde 2012. Aquel año, ambas compañías rescataron la unidad productiva de Cacaolat por 75 millones, cuando se encontraba en quiebra arrastrada por la crisis de Clesa, del grupo Ruiz Mateos. Ahora, Enric Crous será el encargado de elaborar un plan estratégico para relanzar definitivamente la histórica marca de batidos catalana.
Cacaolat, de hecho, ya ha dejado atrás las pérdidas que registraba desde 2012 y ahora obtiene beneficios, con una facturación neta de 56 millones de euros, según explican desde la empresa. De hecho, ha abierto un tercer turno de producción, ha hecho contrataciones (tiene 207 empleados) y las exportaciones ya significan un 5% de su cifra de negocio.En todo caso, este movimiento no afectará a su actual director general, Francesc Lluch.
Un hombre de confianza
Enric Crous no se desligará del todo de Damm, ya que a sus 69 años pasará a ser adjunto al presidente, Demetrio Carceller Arce. El hueco que dejará Crous no lo suplirá nadie ajeno, sino que se pasará de una estructura bicefálica en la dirección a una única. Jorge Villavecchia, que hasta el momento compartía la dirección general con Enric Crous, será quien absorba en la nueva etapa todas las funciones.
Villavecchia lleva 15 años en el grupo, por lo que el cambio tiene un perfil continuista, con el objetivo de proseguir la fuerte expansión de la compañía. Es íntimo del presidente, y de hecho, fue su testigo de nupcias junto con el consejero Antonio Biosca. En 2015 la facturación de Damm ascendió a 963 millones de euros y la plantilla total de la empresa a cierre de año, se situó en 3.125 personas.
