Cataluña iniciará el nuevo año sin unos Presupuestos aprobados; es decir, con los que se aprobaron en 2015 y que han estado prorrogados a lo largo de 2016.
A pesar de que la portavoz del Govern, Neus Munté, aseguró ayer que es ?optimista? ante la posibilidad de que el anteproyecto de Presupuestos se presente este mismo mes de noviembre, lo cierto es que los plazos que barajaba el Gobierno no se están cumpliendo.
Las negociaciones de los Presupuestos con la CUP, que Puigdemont delegó en Junqueras, parece que está siendo complicada, aunque en esta ocasión se mantiene un mutismo total. En una entrevista con elEconomista, Junqueras aseguró en septiembre que esperaba presentar el proyecto de Presupuestos ?durante el mes de octubre y aprobarlos a finales de noviembre o diciembre?.
Sin embargo, la propia Munté asumió ayer que aunque el anteproyecto de Presupuestos podría presentarse este mes y aunque cuente con el apoyo de la CUP, no será hasta 2017 cuando se aprueben. Sobre las negociaciones, Munté explicó que ?las posiciones de todo el mundo son conocidas y ha llegado la hora de los acuerdos?, según proclamó en rueda de prensa tras la reunión del Consejo Ejecutivo.
Cambio de discurso
La portavoz subrayó que el Govern está trabajando ?a toda máquina? para presentar unos Presupuestos para el año que viene y evitar que se repita la situación de bloqueo del pasado junio, cuando la CUP junto con el resto de la oposición vetaron su tramitación parlamentaria. Munté ha quitado hierro a que la falta de Presupuestos sea un obstáculo para el Govern y señaló que la prórroga se hará sin demasiadas dificultades, pues se trataría de una decisión ?técnica y administrativa?. Este discurso dista mucho de la presión que ejerció JxSí en su conjunto sobre la CUP entre abril y mayo para que aprobara las cuentas, cuando aseguraban que, sin Presupuestos, la Generalitat estaría prácticamente atada de pies y manos.
Ahora el discurso es muy distinto, y tratan de transmitir que hay unión y cooperación entre ambos grupos. Lo cierto es que las líneas rojas en materia de fiscalidad siguen siendo uno de los mayores problemas entre JxSí y la CUP.