Cataluña

La militancia de Convergència rechaza el nuevo nombre y no se fía de Mas

  • Las posibilidades eran o 'Més Catalunya' o 'Catalans Convergents'
  • Las denominaciones no gustaron, así como la 'falsa' renovación del partido
  • La esquela de CDC la firma Trias disculpándose por la corrupción
Artur Mas y Carles Puigdemont, pensativos en el Congreso de ayer | Luis Moreno

Divergencias en Convergència. Los militantes del partido que preside Artur Mas se rebelaron ayer contra la supuesta refundación del partido para enterrar los casos de corrupción que eclosionaron contra el formación tras la confesión de Jordi Pujol. La dirección presentó dos nuevos nombres para sustituir 'Convergència' a sus afiliados, denominaciones que habían sido seleccionadas por agencias profesionales. Pero ninguno gustó.

Las opciones eran o 'Més Catalunya' (Más Cataluña), que  según el político Jordi Cominal, transmitiría que "da igual si se es de izquierdas, derechas o centros, lo importante es ser más de Cataluña". Y la segunda era, 'Catalans Convergents' (Catalanes Convergentes), con la misma explicación, pero haciendo hincapié en el hecho de ser "convergente sin complejos". El anuncio de ambos fue recibido por algún que otro tímido aplauso, pero por lo general, la sala enmudeció. 

Justo después de este suceso, cuando se tenía que votar, muchos militantes se plantaron y decidieron abandonar la sala donde se celebraba el Congreso, molestos por las nuevas denominaciones. Por lo que la elección del nuevo nombre se pospone y se creará una comisión para debatir nuevas propuestas, según explicó Maite Rivero, presidenta del Congreso fundacional.

Tampoco gustó a las bases el "cambiarlo todo para no cambiar nada", ya que como indicó Artur Mas en una entrevista en TV3, "la dirección seguiría siendo la misma, así como los líderes y su financiación" (en referencia a los pagos 'legales' de empresas, que tantos problemas ha dado en el pasado). Incluso, aceptarían que Jordi Pujol volviera como simpatizante con carné. 

Y es que los militantes no se fían de que esta refundación vaya en serio para crear un nuevo partido desde cero, y no sea un simple lavado de cara que de facto, significará crear un partido que será como "un mismo perro con distinto collar". Muchos de ellos, ven como Mas quiere optar a la presidencia para perpetuarse en el poder, sin hacer efectivo el renacer del partido. La nueva dirección se elegirá el próximo 23 de julio. 

Artur Mas dio algunas pinceladas de lo que quiere que sea el nuevo partido para "zarpar" hacia la independencia (Ítaca, como siempre la llama). El ex presidente dijo que este partido nace "para crear un nuevo estado catalán, pero también para saber cómo usar esas herramientas". Además, también se fijó el objetivo de que Cataluña "sea el mejor estado de Europa". 

En ese sentido, aunque dijo que el objetivo es la independencia, puso mucho más énfasis en que la nueva Convergència será mucho más transversal para acoger a militantes que no sean necesariamente independentistas, o que se les pueda intentar convencer durante el 'procés'. Aprovechó para atacar a otros partidos como Podemos, cuya propuesta de referéndum se erige como alternativa, pero Mas dijo que no era "ni atractivo, ni consistente".  

La esquela de Convergència

Cuando Xavier Trias perdió la Alcaldía de Barcelona que tanto le costó conseguir a Convergència, sus palabras a su líder Artur Mas fueron reveladoras, "lo siento".

Precisamente ayer, el último Congreso de Convergència como tal, lo inició y lo clausuró el exalcalde de Barcelona y se despidió de igual forma, casi como un déjà vu.

"Tenemos que pedir perdón y liberarnos de hipotecas del pasado", decía Trias. La esquela que quedará de Convergència Democràtica de Catalunya (CDC) serán las disculpas de Xavier Trias por la corrupción que ha sacudido al partido en los últimos años.

Convergència fue fundada en la montaña de Montserrat en el 1974, en un encuentro clandestino. Desde entonces, han sucedido tres asambleas y 15 congresos donde Jordi Pujol y Soley ha sido el líder absoluto. Paradójicamente, su gran valedor y fundador, ha sido el gran causante de su final premeditado. Y es que el exalcalde apuntó a la confesión de Pujol, por la herencia que dijo haber recibido y que no declaró a Hacienda.

Aunque se suman otros casos como el relacionado con los hijos del propio expresident y las presuntas comisiones que se cobraban a las constructoras por la adjudicación de obra pública. En todo caso, Trias escenificó el doble sentir del partido, ya que también reivindicó el legado y dijo que era su "referente".

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