
Mango está en plena metamorfosis. La firma de moda presidida por Isak Andic quiere seguir su expansión con el objetivo de aumentar presencia y ganar tamaño en las principales capitales.
Pero no quiere morir de éxito, sobre todo, después de invertir 1.200 millones para seguir abriendo macrotiendas y en su nueva fábrica de Lliçà d'Amunt (Barcelona).
Por ello, Mango ha decidido simplificar su estructura societaria, dejando una sola matriz y eliminando hasta tres filiales que actuaban de forma independiente. Aunque las cuentas de estas sociedades también se consolidaban al final del ejercicio.
La operación se ha hecho mediante una fusión por absorción. La matriz es Mango Mng Holding SAU, donde quedan integradas tres sociedades más como Mango Mng SL, Mango MNG Capital SL y Kapit Admint SL.
Esta operación se cerró el pasado junio y significará un paso adelante para la profesionalización de la estructura interna de la compañía, que por ahora, se asemejaba más a la organización de una empresa familiar, que no a la de la multinacional que pretende ser.
El objetivo es "clarificar, facilitar, y de paso, reducir costes operativos", apuntan desde la compañía. El ahorro será "residual" a nivel económico, simplemente supondrá no tener tantas "obligaciones de carácter mercantil, fiscal, contable, administrativo y de consolidación de cuentas".
La reorganización de Mango es una operación muy común en muchas empresas que quieren realizar algún movimiento importante, como hizo la catalana Borges en su intento de cotizar en el Mercado Alternativo Bursátil (MAB). En todo caso, desde Mango descartan que se vaya a hacer una operación de este tipo.
El consejo de administración de Mango no sufrirá ninguna modificación y seguirá conformado por Isak Andic como presidente, Jonathan Andic y Daniel López como vicepresidentes y Carlos Costa y Toni Ruíz como consejeros.