Pedro Sánchez traía muy preparada su intervención. Tras escuchar el duro discurso que había pronunciado un día antes Pablo Iglesias ante la plana mayor del sector empresarial catalán, presente en la XXXII Reunión del Círculo de Economía, se vistió con el uniforme de la izquierda moderada y dio una de cal y otra de arena a su auditorio.
Albert Rivera afirmó que Ciudadanos era la alternativa reformista y de cambio que no quería ?pisotear? todo lo bueno que había conseguido España a lo largo de la Democracia, en contraste con Podemos.
Sánchez defendió su programa social y mantuvo que pretende derogar la reforma laboral de 2012, pero fue mucho más comedido que Iglesias la hora de hablar de subida de gravámenes. ?Los españoles tienen que ser conscientes de que no se pueden bajar los impuestos, si queremos cumplir con Bruselas y no realizar recortes en los servicios básicos?, puntualizó Sánchez.
Rivera en toda su intervención no se refirió a los impuestos, pero sí apoyó cambiar las reglas de juego del mercado laboral y recordó a los empresariado que la competitividad no se trataba de ?bajar salarios?.
Los impuestos, en el debate
Iglesias, un día antes, había defendido una reforma de impuestos como Sucesiones, Donaciones y Patrimonio, además de que anticipó un cambio total de las últimas reformas laborales. Asimismo, Podemos había sido claro cuando anunció que perseguiría el fraude fiscal y que ?los mayores defraudadores? eran las empresas y las rentas más elevadas. Rivera, en materia económica, solamente defendió la economía de mercado y Sánchez no fue tan explícito como Iglesias, pero sí aportó un escenario de los planes que manejaba en materia impositiva. Adelantó que quiere trasladar parte del peso del IRPF en la recaudación impositiva hacia otras tasas, como las que pesan sobre las rentas de capital o el impuesto de sociedades. No obstante, también se reservó algún guiño para su auditorio. Sánchez se mostró dispuesto a reducir el coste de la energía (una demanda constante de los empresarios, que denuncian que limita la competitividad) y a revisar el reparto del exceso de coste entre los consumidores, el Estado y las eléctricas. Además, aprovechando que estaba en Cataluña, insistió en que si gobernaba, poner en marcha el Corredor Mediterráneo sería una de las prioridades de su gobierno, una idea que comparte con Albert Rivera, con el que cuenta para formar gobierno tras el 26J.
De hecho, Sánchez afirmó que si ganaba las elecciones ?formaría un gobierno en una semana? porque Rivera no parecía querer apoyar a Rajoy. Rivera, que también dejó la puerta abierta a volver a negociar un pacto de gobierno con el PSOE, dejó claro que era necesario ser una fuerza con peso para lograrlo. ?Si Ciudadanos es decisivo formará gobierno, pero será un gobierno de reformas?, quiso dejarlo claro.
Rivera insistió, al igual que Sánchez, en que es necesario reformar la Constitución y también en replantear el sistema de financiación autonómico. El líder de Ciudadanos fue claro a la hora de insistir en que quiere que Cataluña pertenezca a España, aunque para ello hay que ?ilusionar? a los catalanes.