
La firma de moda Mango ha cerrado otro ejercicio al alza, pero con algún que otro problema tras aplicar su agresiva política expansiva en los últimos años.
La cadena presidida por Isak Andic acabó el año 2015 con un crecimiento de sus ventas del 15,3% y una facturación de 2.327 millones de euros.
Sin embargo, su resultado de explotación y beneficio dan síntomas de que algo está sucediendo en la compañía. Mientras el ebitda cayó un 24% hasta los 170 millones, su beneficio sufrió un batacazo de los 107 millones de 2014 a los 4 millones del pasado año.
Esto se explicaría por el efecto divisas y las fluctuaciones del dólar y el rublo respecto al euro, que ha tenido un impacto de 70 millones en las cuentas de la firma, así como las amortizaciones que han rebajado sus beneficios en 30 millones de euros. Y es que, Mango ha sufrido sobre todo en su negocio en el sudeste asiático muy vinculado al dólar, y con los situados en Rusia, y según afirman fuentes de la compañía, con la lira turca.
Pero Mango aplica el dogma del sector que "para lucir hay que sufrir", y además de los factores anteriormente citados, también está notando el esfuerzo inversor que ha llevado a cabo en los últimos años. En 2018, habrá invertido más de 1.200 millones en el último lustro, lo que supone más de la mitad de su facturación anual. Esto le ha permitido abrir 164 'macrotiendas', las más importantes las de Milán, Barcelona, Dublín, o la que tiene prevista inaugurar en los próximos meses en la madrileña calle Serrano.
De hecho, el plan de la marca es centrarse en la apertura de estas megastores, ya que las tiendas más pequeñas no son tan rentables y tampoco pueden incorporar el 100% de su colección, algo a lo que aspiran para ser totalmente omnicanales. El 24% de la superficie total de Mango ya está en tiendas de este tipo.
Nuevo centro logístico
La inversión también ha servido para poner en marcha su nuevo centro de Lliçà d'Amunt (Barcelona) donde centralizará toda la logística a nivel mundial y que estará a pleno rendimiento con 400 empleados a finales de año.
En términos de empleo, Mango ha ampliado su plantilla en más de 3.000 personas en los últimos tres años, con 838 nuevos empleados en el último año. La cadena también ha rebajado su deuda cerca de un 5%, dejándola en los 541 millones.