La división interna dentro de Freixenet es totalmente definitiva. Aunque oficialmente la compañía se niega a realizar declaraciones y no confirma ni desmiente ninguna información, la pugna entre las diferentes ramas familiares es evidente y acabará en cisma.
Así, el lunes, el consejo de administración de Freixenet recibió oficialmente la oferta de la compañía alemana Henkell por un 58 por ciento de las acciones. Este porcentaje se corresponde con las participaciones que mantienen dos ramas familiares -Los Hevia y los Bonet -, que se han aliado para hacer frente a la tercera rama: los Ferrer Noguer (véase gráfico).
Estos últimos, hasta el momento, han llevado las riendas en la gestión de la compañía, generando descontento entre los dos otros grupos familiares. Pedro Ferrer Noguer es el consejero delegado del grupo. Además, el accionariado aumenta su fragmentación por el fallecimiento de los miembros más longevos de la familia.
Henkell, por su parte, ha declinado realizar declaraciones sobre la operación ?hasta que finalice el proceso?. La firma germana no ha querido aportar ningún dato sobre el rango en el que se mueve la oferta, aunque, desde que comenzó el proceso, se ha especulado con que se estaría valorando a la compañía en 500 millones. En principio, esta cifra incluiría la deuda del grupo, que supera los 300 millones.
En el ejercicio cerrado en marzo de 2015, los ingresos de Freixenet cayeron un 5 por ciento. También se redujeron para el conjunto del sector la pasada campaña de Navidad.
Tras la oferta de Henkell, el próximo movimiento lo tienen que realizar los Ferrer Noguer. Esta rama familiar, que también ha declinado hacer declaraciones a elEconomista, controla un 42 por ciento del capital y cuenta con derecho de tanteo; es decir, puede igualar la oferta para adquirir las acciones que no están en su poder.
Está previsto que el consejo vuelva a reunirse en mayo.
