No hay nada decidido, pero Caixabank ha retomado sus planes para controlar BPI. La entidad española aún así se mantiene prudente, porque para que su proyecto salga adelante tiene que contar con el visto bueno de la empresaria angoleña Isabel dos Santos.
En los últimos meses, el grupo catalán está conversando con los accionistas del banco portugués para intentar alcanzar un acuerdo para conseguir reducir la exposición de ésta último en África, incluida Dos Santos. Este es el objetivo principal, porque se trata de un mandato del BCE.
En el marco de estas comunicaciones, Caixabank ha planteado a la empresaria angoleña adquirirle el 20,8 por ciento que controla en BPI, según publicó ayer Bloomberg, información que disparó la cotización del luso más de un 10 por ciento a primera hora y que obligó al regulador bursátil portugués a suspender su cotización.
A última hora de la tarde, una vez cerrado el mercado, Caixabank aclaró que ha mantenido contacto con Dos Santos para explorar distintas alternativas para solucionar la situación de BPI en África aceptables para todas las partes sin haber llegado a un pacto hasta el momento.
La posición de Dos Santos es clave para el futuro del banco luso, ya que sus estatutos establecen un límite de voto para sus accionista del 20 por ciento. La angoleña, gracias a este blindaje, ha podido bloquear en el último ejercicio tanto la oferta de compra por la totalidad del capital de Caixabank y la escisión de los negocios africanos para cumplir con el BCE antes del 11 de abril.
Las desavenencias en el seno de BPI han sido constantes, pero ello no ha impedido que se haya planteado de nuevo proponer a la próxima junta de accionistas la eliminación del límite de voto reclamado por Caixabank. La entidad catalana posee el 44,1 por ciento del portugués.
Caixabank condicionó la primera oferta de compra a la supresión de ese blindaje. En marzo de 2015, ofreció 1,329 euros por cada título que no poseía, pero el objetivo era alcanzar la mayoría del capital. Las acciones se situaron ayer, tras la subida, en 1,18 euros.
Desde entonces, el grupo catalán baraja todas las opciones, aunque en enero Fainé señaló públicamente, en la presentación de los resultados de 2015, que Caixabank tenía intención de mantenerse en Portugal y que para ello los socios de BPI tenían que ?resolver diferencias?. ?Estamos abiertos a llegar a acuerdos y tenemos paciencia?, añadió.
Cambios normativos en breve
Las desavenencias, aún así, podrían finalizar en breve. El Gobierno prepara una ley para prohibir las limitaciones de voto en las empresas en casos estratégicos. Y BPI lo es.
Días después de las declaraciones de Fainé, Dos Santos rechazó en la junta la escisión de los negocios de África. El banco pretendía crear un holding separado para reducir los riesgos, que ascienden a más del 25 por ciento del capital total del luso. El proyecto incluía las actividades de Angola y Mozambique y, en dicha sociedad, Dos Santos controlaría el 33 por ciento. En la actualidad, comparte con BPI la mitad del angoleño Banco de Fomento.
Con la oposición, la escisión quedó bloqueada, por lo que los socios de BPI continúan analizando las posibilidades. Mientras tanto, Dos Santos ha aflorado que tenía una participación superior en un 2 por ciento desde 2013 en el portugués.