
El Ayuntamiento de Barcelona enterró ayer el hacha de guerra para pactar una tregua con la Sareb. Después de una larga disputa con el llamado banco malo para conseguir la cesión de inmuebles y tras unas negociaciones con más desencuentros que acuerdos, finalmente ambos entes llegaron a un acuerdo.
La sociedad que gestiona los denominados activos tóxicos de entidades financieras cederá 200 de los 562 inmuebles que tiene en Barcelona para casos de emergencia social, a cambio, el consistorio pagará una parte de los desperfectos y un alquiler de entre 75 y 125 euros por inmueble. Hoy se entregan las primeras 50 viviendas y el resto se irán cediendo en paquetes de 50 durante los próximos tres meses.
Aunque fuentes de la Sareb y del propio consistorio apuntan que de estos 200 pisos, la mitad ya se entregarán ocupados por personas con situaciones diversas: desde familias que no pueden pagar la renta hasta okupas y víctimas de estafas por las que pagan alquileres ilegales. En estos casos, la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, se ha comprometido a revisar ?caso por caso? si los habitantes del inmueble cumplen con las condiciones para quedarse o por el contrario deberán abandonar el piso.
Si se produjeran desperfectos o se tuvieran que hacer reformas, el Ayuntamiento y la Sareb compartirán a medias los gastos hasta un máximo de 7.000 euros.
El 50%, ocupados
Sólo 100 de los 200 pisos de la Sareb podrán ser adjudicados con alguien dentro, es una de las premisas establecidas en el acuerdo, ya que el objetivo es recolocar a familias desahuciadas para cumplir con el plan de emergencia habitacional. El convenio durará ocho años, y en este tiempo, los pisos estarán en régimen de alquiler social.
Colau confesó estar ?contenta?, ya que es el primer acuerdo que la Sareb firma con un ayuntamiento. Hasta ahora, sólo se habían firmado convenios con comunidades autónomas, una de ellas Cataluña, a la que se le han cedido 900 inmuebles de los 1.500 que se han entregado a todas las comunidades.
Por las buenas o por las malas
Este acuerdo se ejecutado tras meses de muchas tensiones entre el Ayuntamiento de Barcelona y la Sareb, ya que Colau llegó a lanzar un ultimátum de que, o les cedían las viviendas, o irían por ?las buenas o por las malas?.
De hecho, las disputas entre Colau y la Sareb vienen de lejos. Desde que la actual alcaldesa ejercía de líder activista en la Plataforma Antidesahucios (PAH), la relación siempre ha sido tensa. Con la PAH incluso llegó a impulsar una Iniciativa Legislativa Popular (ILP) que se aprobó en el Parlament. Esta ley obliga a las grandes tenedoras de viviendas a ceder inmuebles cuando estos no cumplan una función social. Hay 2.591 pisos vacíos en Barcelona desde hace dos años.