El presidente en funciones de la Generalitat, Artur Mas, retó el pasado miércoles a comparecer en sede parlamentaria para defender a su partido de los presuntos casos de corrupción que se le incriminan.
Y el desafío puede salirle mal, ya que mientras el resto de detenidos en los registros de la sede de Convergència fueron liberados ayer por la tarde, el único al que se le decretó prisión sin fianza por "destruir pruebas" fue, precisamente, al tesorero del partido que lidera, Andreu Viloca, y del que asegura tener "total confianza".
Su detención se produjo en el marco de la operación Petrum, más conocida como ?del 3 por ciento?_en alusión al presunto cobro de comisiones a cambio de adjudicaciones de obra pública. Además de los empresarios ya detenidos, ayer también pasó a disposición judicial el director de desarrollo de Urbaser (ACS) en Cataluña, Jordi Durán.
La Fiscalía y la Guardia Civil dejaron en libertad al secretario del patronato de la fundación Catdem, Carles del Pozo, y una administrativa del partido. Los empleados detenidos del departamento financiero de CDC han quedado en libertad.
Nueva comparecencia
A finales de agosto, Artur Mas ya compareció en el Parlament, en principio, para ?dar detalles? sobre las elecciones (cuando éstas estaban especificadas con detalle). La verdadera intención de Mas era utilizar la cámara catalana para dar su interpretación, algo que no pudo lograr puesto que se produjo el primer registro en la sede de CDC y de su fundación unos días antes.
Un déja vu que se repitió ayer y que complica el argumentario de Mas, en lo que preveía como otro discurso más de ataques e injurias del Estado contra Cataluña. Acciones al más puro estilo Jordi Pujol en los años ochenta en el caso Banca Catalana.
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Prisión sin fianza para el tesorero