Las negociaciones entre Junts pel Sí y la CUP para llegar a un consenso y conseguir un ejecutivo con mayoría independentista está harto difícil. Aunque Artur Mas dice ser "optimista" en cuanto a las reuniones entre los dos partidos, reconoce que son "muy complejas" tras firmar el decreto de constitución del nuevo Parlament el próximo 26 de octubre.
Del mismo modo, Mas ha puntualizado en reiteradas ocasiones el peso electoral que ha tenido su candidatura y la de la CUP, pese a necesitar sus votos para volver a ser investido presidente y tener mayoría.
En esa línea, Mas no descarta unas nuevas elecciones en caso de que se agoten todos los plazos y no se llegue a un acuerdo (si no se llega a un acuerdo el 9 de noviembre, fecha límite para convocar el primer debate de investidura, las primeras semanas de enero serían cruciales para no volver a tener elecciones en marzo).
De todos modos, Mas pidió "paciencia" para llegar a buen puerto y puso como ejemplo el caso de la investidura de Susana Díaz en Andalucía. Lo que si desechó el president es llegar a un pacto con otras formaciones, puesto que el objetivo es tener un Parlament donde el proceso independentista tenga caladero seguro.
El problema es que tanto la CUP como JxSí han endurecido sus postulados. El partido de extrema izquierda ha vuelto a su tesis de no investir a Mas bajo ninguna premisa, un tema que según el propio presidente en funciones "está encallado" y no se ha puesto aún sobre la mesa de negociaciones. Por otra parte, el sector convergente de Junts pel Sí -que significa el 60 por ciento de la candidatura en detrimento de Esquerra Republicana- ha marcado distancias en los últimos días por mediación de un peso pesado como Felip Puig o la misma vicepresidenta del govern Neus Munté. De hecho las diferencias son antagónicas en la mayoría de casos, Mas solo se ha mostrado propenso a acceder a las condiciones en cuanto a desobedecer al Gobierno español, pero ironizó sobre la posibilidad de revertir privatizaciones y dio a entender que para ello deberían hacerse recortes porque "de algún lado hay que sacar el dinero para expropiar".
La CUP cede a JxSí la Mesa
En una jornada donde los registros en la sede de Convergència fueron de nuevo noticia mientras Mas firmaba el decreto de constitución del nuevo Parlament, el líder de Convergència pidió a la CUP que "no hiciera caso" en que los registros afecten al proceso independentista. Como gesto de acercamiento, la CUP no estará en el órgano rector de la cámara parlamentaria y facilitará que Junts pel Sí pueda hacer y deshacer con mayoría en 'la mesa'. La justificación de la CUP para no estar es "por ser la formación con menos escaños", un argumento que cuando sectores de Junts pel Sí la emplean en su contra para presionar y conseguir la investidura de Mas, no les parece del todo suficiente.