Muerto el perro se acabó la rabia, dice el refrán. Esta máxima se ha aplicado a las familias que acudieron al juez en Cataluña para que se cumpliera la ley y se dieran algunas clases en castellano. Se les ha presionado para que cambien a sus hijos de colegio y de este modo no debe acatarse la orden del Juez.
Estas personas que deben haber recibido presiones por interponer la demanda, presiones para proseguir la causa y presiones para alejar a sus hijos del centro escolar al que el juez obligaba a cumplir la ley, viven y trabajan en Cataluña. Cataluña, el país abierto, de acogida, civilizado, avanzadilla de la civilización, europeísta, poliglota, este país, el mio, ha presionado de tal modo a unas familias que que han abandonado la lucha por imponer la ley del bilingüismo teniendo una sentencia que les reconocía este derecho.
Peligroso antecedente, no acatar las sentencias que no nos gustan eliminando con presiones de todo tipo a los actores. El Govern de Cataluña ya ha dicho por activa y por pasiva que las leyes que van en contra de la voluntad del pueblo de Cataluña no deben cumplirse porque no son democráticas. Cuando unos determinados políticos juegan con la legalidad o ilegalidad de las leyes están cruzando una frontera y entrando en un campo muy peligroso porque nadie les puede frenar. Dicen que es ilegal todo lo que va en contra de la voluntad de la mayoría y este argumento es también válido para negar toda validez a una sentencia y ley que no guste al Govern de turno. Recordemos que en democracia las leyes se modifican o aprueban en los Parlamentos autonómicos si pertenecen a aquella autonomía o en el Congreso cuando son de ámbito estatal.
Cuando incumplimos de manera consciente y voluntaria las normas que todos nos hemos dado se inicia un camino peligroso que no se sabe hacia qué lugar conduce, pero es seguro que jamás a un lugar de convivencia tranquila.
Cuando escucho a los lideres de esta lista llamada independentista compuesta por un ejercito variopinto de personalidades, decir que con una mayoría de diputados declararán la independencia de Cataluña y esta mayoría de diputados se consigue con el 43 por ciento de los votos, nadie puede entender que un territorio se declare independiente de otro con menos de la mitad de los votos de sus habitantes. Con esta afirmación no infringen una ley ajena, transgreden su propia ley autonómica que impone la mayoría de dos tercios para modificarla.
Realmente lo que nos está ocurriendo en esta Cataluña de hoy se podría definir como un sainete si no ocurrieran cosas tan serias como las descritas al principio de este escrito y tuviéramos la experiencia de cómo nos han gobernado estos últimos años los políticos al frente del Govern.
Si no retornamos a la legalidad, al respeto por los derechos de las personas, al sentido común y a apaciguar los ánimos en lugar de encresparlos, auguro un futuro muy complicado para la convivencia en Cataluña.