El Círculo de Economía, una de las organizaciones empresariales más respetadas de Cataluña, ha sido víctima de sus propias contradicciones internas. Su última hoja de opinión demuestra que la organización que preside Antón Costas ha sido pasto de la profunda división que padece la sociedad catalana.
Para no romper el consenso y la unidad que caracteriza los setenta años de historia del Círculo, Costas ha cedido a la presiones de su vicepresidente Artur Carulla, dueño del grupo Agrolimen y vicepresidente del diario independentista Ara. El resultado de la negociación ha dado lugar a un manifiesto que dice una cosa y todo lo contrario y que, en su indefinición, favorece los intereses de los partidarios de la independencia de Cataluña.
En el preámbulo de la hoja de opinión, el Círculo de Economía asegura que "es una institución de la sociedad civil en la que conviven personas con preferencias políticas diversas" y que por lo tanto "no nos corresponde tomar una posición partidista. Cualesquiera que sean los resultados electorales [del 27-S], el Gobierno que resulte estará legitimado por el ejercicio libre y soberano de los votantes".
El primero de los puntos del manifiesto reconoce que "si las fuerzas políticas que llevan en su programa la opción independentista tienen una mayoría absoluta el 27-S, gobernarán legítimamente y habrán acumulado fuerza política en defensa de su opción", aunque matiza que "creemos firmemente que cualquier cambio estructural -y la independencia sería la máxima expresión- requiere una mayoría cualificada que en ningún caso puede desprenderse de unas elecciones como éstas, sino de la legitimidad de una consulta legal, acordada y bien informada".
Por este motivo, en su punto cuarto, el manifiesto indica con nitidez que "si de forma clara los ciudadanos de Cataluña diesen su apoyo a formaciones políticas que llevan en su programa la opción de la independencia, el principio democrático de nuestra Constitución obligaría a los poderes públicos a encontrar una vía legal y acordada que permitiese celebrar una consulta específica para conocer el sentir preciso de los ciudadanos respecto al encaje de Cataluña en España. Creemos que, de darse esas circunstancias, y de acuerdo con lo que ha señalado el propio Tribunal Constitucional, hay vías legales para introducir en nuestro ordenamiento una norma de claridad de este tipo". Lo que el Círculo no hace es definir que sería para la organización un "apoyo claro de los ciudadanos catalanes".
El riesgo de salir del euro
En lo único que es claro el manifiesto es respecto a la posible salida de Cataluña del euro y de la Unión Europea. "No compartimos decisiones unilaterales que puedan poner en riesgo el principio de legalidad y la pertenencia a las instituciones europeas y al euro. Como es lógico, dada la naturaleza de una institución como la nuestra vinculada al mundo económico, vemos con preocupación las consecuencias que podrían tener para la economía, las finanzas, las inversiones y la presencia de sedes empresariales en Cataluña", señala el documento del Círculo.