
La evolución de los cruceros en el Port de Barcelona ha ido paralela al despegue de la ciudad como destino turístico a partir de los años noventa.
Hoy hablar de este tipo de tráfico en el Mediterráneo es hablar del puerto de la capital catalana, que consolida su posición como líder y referente europeo, además es el cuarto puerto base del mundo. El de cruceros es un tráfico especialmente sensible a la coyuntura y a condicionantes como los servicios complementarios o el atractivo del destino, pero tanto Barcelona como su puerto cuentan en todos estos ámbitos con bazas indiscutibles para mantenerse en la cúspide. Ello es fruto del intenso trabajo realizado por la Comunidad Portuaria y el sector turístico de la ciudad y se ha visto reconocido, año tras año, no sólo en las estadísticas, sino también con la concesión de premios y distinciones.
Esta capitalidad y dinamismo en el ámbito de los cruceros genera impactos muy positivos para la actividad económica y turística de la ciudad y su entorno. Por ello el gran reto de los próximos años es garantizar que el desarrollo de los cruceros se siga llevando a cabo en términos de sostenibilidad económica, social y medioambiental. El turismo de cruceros debe ser percibido por el conjunto de los ciudadanos como una actividad generadora de crecimiento. Las estimaciones existentes hasta ahora hablan de una actividad que aporta más de 350 millones de euros anuales en la ciudad. Desde el Port se está ultimando un estudio más amplio para detallarmás su repercusión económica y poder actuar dónde sea preciso para mejorar aún más en este ámbito.
Además, el Port de Barcelona trabaja desde hace tiempo, en colaboración con autoridades turísticas y de transportes de la ciudad, para ofrecer las mejores condiciones posibles para este turista, pero también para una convivencia óptima entre la actividad y los ciudadanos. Por un lado, garantizando la existencia de la información necesaria y de unos servicios dimensionados para que la experiencia del crucerista en el puerto y la ciudad sea lo más enriquecedora posible, tanto social como culturalmente.
Por el otro, poniendo en marcha proyectos de mejora y realizando un seguimiento del escaso impacto que la actividad tiene en el medio ambiente, para minimizarlo todavía más. El turismo de crucero es ya hoy un tipo de actividad que suma en todos los aspectos. Y con la ayuda de la Comunidad Portuaria y de las entidades turísticas y ambientales de la ciudad aspiramos a que sea aún más protagonista e integradora.