En los últimos tiempos, CaixaBank se ha acostumbrado a que su cuenta de resultados siempre contenga operaciones de integración de otro banco. En el primer trimestre de este año, la entidad ha incorporado la compra de Barclays, lo que le ha permitido contabilizar unos resultados extraordinarios de 602 millones de euros (la diferencia entre el valor de compra -820 millones- y el valor teórico contable -1.667 millones- menos un ajuste de 245 milones-).
Gracias a estos extraordinarios, la entidad ha conseguido duplicar su resultado neto trimestral, hasta situarlo en 375 millones, el doble de los 188 millones logrados en los primeros tres meses de 2014.
La mejora podría haber sido mucho mayor, pero la entidad ha optado por aprovechar parte de esos extraordinarios para limpiar una parte de los negocios inmobiliarios irrecuperables. En concreto, CaixaBank en estos tres meses se ha anotado unas pérdidas netas por el negocio inmobiliario de 557 millones. En todo 2014, el banco contabilizó 1.000 millones de pérdidas por este negocio.
En la actualidad, CaixaBank ha aislado un paquete de crédito inmobiliario muy difícilmente recuperable de 4,192 millones. Esos créditos tienen una morosidad del 86,3 por ciento y un ratio de cobertura del 55 por ciento, por lo que, previsiblemente, seguirán generando pérdidas.
Frente a las pérdidas del negocio inmobiliario, el negocio bancario generó unos ingresos de 813 millones y las participadas otros 110 millones.
Junta de accionistas
CaixaBank celebró ayer su junta de accionistas. En su intervención, el presidente de la entidad, Isidro Fainé, defendió el proceso de integración de ocho bancos que ha llevado a cabo y aseguró que ha llegado el momento de aprovechar el aumento del volumen de negocio para "ayudar a recuperar niveles sostenibles de rentabilidad".
En el primer trimestre del año, el banco mejoró su resultado atribuido sobre fondos propios tangibles medios (ROTE) del 3,4 al 4,4 por ciento, todavía muy lejos del 12-14 por ciento que fija el nuevo plan estratégico de CaixaBank para el periodo 2015-2018. El resultado neto sobre activos totales medios (ROA) se quedó estancado en el 0,2 por ciento, uno de los ratios más bajos de los 14 bancos españoles.
En este sentido, Fainé recordó que en los últimos años todo el sector ha tenido que provisionar miles de millones de euros para asegurar su solvencia, pero ahora es el momento de "conseguir una rentabilidad sostenible, por encima del coste de capital". En esta línea, el consejero delegado de la entidad, Gonzalo Gortázar, señaló que CaixaBank quiere reducir un 60 por ciento su exposición inmobiliaria problemática para liberar capital.
De igual forma, el plan estratégico fija que el capital destinado a las participadas pase del actual 16 al 10 por ciento. Una de las medidas para lograrlo sería la venta del 9,5 por ciento que CaixaBank tiene en Repsol, tal y como avanzó Fainé hace unas semanas. Sin embargo, Gortázar aseguró ayer que "sólo es una posibilidad ya que, a día de hoy, no hay ninguna operación sobre la mesa". Sobre la posible salida a bolsa de Criteria, el consejero delegado aseguró que no es un tema a tratar a corto plazo.
Menos contundente se mostró cuando se le preguntó por el interés de CaixaBank por Liberbank. Gortázar aseguró que el CaixaBank tiene la dimensión para crecer sin compras en España, pero "si hay una oportunidad, la analizaremos".