El Port de Barcelona ha concedido la gestión y explotación de una nueva terminal a ICL Ibérica (antigua Iberpotash). La filial del grupo israelí del mismo nombre construirá y explotará la nueva terminal privada de sales sódicas y potásicas procedentes de las minas del Súria y Sallent/Balsareny (Barcelona).
ICL, a través de su filial Tráfico de Mercancías (Tramer), solicitó la construcción de estas nuevas instalaciones para concentrar todo su tráfico marítimo en las infraestructuras portuarias y acoger el 70 por ciento del aumento de carga que se prevé para los próximos años. La inversión ascenderá a 69 millones de euros y tendrá un componente público y otro privado. De este montante, 57 millones serán del grupo israelí con el desarrollo de su Plan Phoenix y la inversión pública correrá a cargo del propio Port de Barcelona con un total de 12 millones para obras complementarias necesarias en la infraestructura. Actuaciones como el refuerzo del muelle y la ampliación del calado, además de la adaptación de la vía ferroviaria para que sea compatible con el ancho internacional.
La concesión a Tramer contará con 35 años de contrato prorrogables, lo que les permitirá construir la nueva terminal en el muelle Álvarez de la Campa con capacidad para albergar cuatro millones de toneladas. Tan extensa superficie tendrá siete hectáreas y dispondrá de 14 metros de calado que permitirán la carga de barcos de hasta 60.000 toneladas. La filial del grupo ICL realiza actualmente su actividad para Tramer en el muelle Contradic Nord, pero este espacio no permite el crecimiento de tráficos que se prevé para los próximos años.
En un comunicado remitido por el Puerto de Barcelona se valora muy positivamente que esta zona quede libre por dicho traslado, ya que se podrá dedicar a otros usos como los tráficos Ro-pax (mercancía rodada y pasajeros).