Cataluña

El presidente del Puerto de Tarragona recomendó al hijo de Pujol en Rosario

La comparecencia de Jordi Pujol Ferrusola en la Comisión Pujol del Parlament se alargó durante horas en las que el hijo del expresidente se encargó de negar todas las acusaciones que le hicieron los diputados. Sin embargo, puso luz sobre una de las operaciones más polémicas: la compra de la terminal de contenedores de Puerto de Rosario Argentina.

En su intervención, Pujol Ferrusola admitió que él acudió a Argentina por recomendación de Lluis Badía, militante de CiU y presidente del Puerto de Tarragona entre 1996 y 2004. Según la versión dada por Pujol Ferrusola, él atendió el consejo de Badía. "Ven a ver este puerto, porque tiene mucho potecial económico", aseguró que le dijo Badía. Tras esta recomendación, Pujol Ferrusola logró convertirse en asesor de Puerto de Rosario en 2004 y luego en 2007 comprar el 30 por ciento de Terminal Puerto de Rosario (TPR) junto a su esposa (Mercè Gironès) a través de Guillermo Salazar.

En 2002, Badía como presidente del Puerto de Tarragona logró un hermanamiento con Puerto de Rosario y consiguió liderar a un grupo de empresarios de Tarragona para que entraran como accionistas en la terminal de Puerto de Rosario, con una inversión estimada de 30 millones de euros. Cuando entraron, Badía logró que Artur Mas (entonces conseller en cap del último Gobierno de Pujol) visitara la instalación en Argentina.

Mas y Badía son íntimos, como lo demuestra que en 2010 el president escribiera el prólogo y presidiera la presentación del libro escrito por Badia: La Gran Mentida (La Gran Mentira). Tras su salida de la presidencia del Puerto, Badia fue elegido senador de CiU por la provincia de Tarragona.

Pese a los consejos de Badía, en 2009 la terminal de Rosario entró en concursos de acreedores y Pujol Ferrusola vendió su participación a grupo Vincetín que continuará pagándole por sus acciones hasta "2017 o 2018" afirmó ayer Pujol Ferrusola.

Junto a estas explicaciones, Pujol Ferrusola aseguró que "Artur Mas es muy, muy amigo mío" y que no lo hace falta verlo dos o tres veces al año para saber "que lo tengo ahí" para cuando lo necesite.

También se autodefinió como "dinamizador económico", justificó una a una las acciones de sus empresas y afirmó que "nunca"había intermediado entre una empresa privada y la Generalitat.

El 'expresident' y su esposa

También compareció, el expresidente de la Generalitat, Jordi Pujol, que respondió poco aludiendo que todas las preguntas se sustentaban sobre chismorreos. "Diuen, diuen, diuen" (dicen en catalán), fue lo que Pujol no cesó de repetir para evadir las preguntas de los diputados catalanes. Tampoco reconoció saber nada de la ostentosa vida que llevaban sus primogénitos.

Por su parte, Marta Ferrusola aseguró sus hijos que "no tenían un duro" y que siempre habían ido "con una mano delante y otra detrás". Ferrusola espetó que "Cataluña no se merece esto" en un ataque de superioridad moral y chulería.

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