José Luis Núñez Clemente ha trabajado junto a sus dos hijos, aunque el primogénito -Josep Lluís- partía con ventaja a la hora de sucederle. Sin embargo, ahora está en prisión y Josep María es la alternativa
Si el director de cine Luis García Berlanga levantase la cabeza se daría cuenta que el guión escribió en 1993 para su película Todos a la cárcel ha sido superado por la realidad. Presidentes de comunidad autónoma, alcaldes, cantaoras, inspectores de Hacienda y constructores... todos en prisión. Incluso el expresidente del Fútbol Club Barcelona José Luis Núñez Clemente, nacido en Baracaldo (Vizcaya) hace 83 años y su hijo primogénito, Josep Luís Núñez Navarro, purgan sus penas en la prisión de Quatre Camins en el municipio de La Roca del Vallés (Barcelona) desde el pasado 16 de noviembre. Ambos han sido condenados por un delito de soborno a inspectores de Hacienda. Según el juez, pagaron casi un millón de euros para lograr dejar de declarar al fisco unos 13,1 millones entre 1991 y 1999. Tras más de una década de recursos, la condena quedó rebajada a dos años y dos meses, multa de 1,5 millones de euros e inhabilitación para cargos públicos durante siete años.
Aunque padre e hijo han tardado poco más de un mes en poder acogerse al tercer grado penitenciario y han podido comerse los turrones en casa, lo cierto es que durante algunos meses ambos aún deberán ir a dormir de lunes a jueves a la prisión. Pese a que no se trata de un obstáculo insalvable, lo cierto es que ante tanto trajín y su avanzada edad, es probable que el expresidente del Barça tome en breve una decisión sobre su relevo.
Sin duda, Núñez ha preparado durante décadas a su primogénito para ser su sustituto al frente del grupo inmobiliario. Josep Lluís Núñez Navarro ha estado involucrado en todos los negocios de su padre y tiene totalmente asumido el modelo de gestión de la compañía: cero endeudamiento, crecimiento sólo con fondos propios y absolutamente descartada la posibilidad de salir a bolsa. Son las tres máximas de la empresas familiares tradicionales que, en muchas ocasiones, se completan con la de pagar los mínimos impuestos posibles.
Frente al primogénito se encuentra su hermano menor, Josep María Núñez Navarro. En la década de los noventa, el padre le encargó llevar a cabo un proceso de diversificación de la compañía, concretamente crear una división hotelera: NNHoteles. Aprovechando diferentes edificios adquiridos por el grupo, Josep Maria se encargó de lograr las licencias hoteleras y construir hasta seis establecimientos singulares cuyo buque insignia es el lujoso Hotel 1989, edificado en la histórica sede de Tabacos de Filipinas, uno de los más emblemáticos inmuebles de las Ramblas de Barcelona. La división hotelera, junto a la actividad de alquiler de aparcamientos en la capital catalana, ha sido uno de los flotadores sobre los que el grupo Núñez y Navarro ha logrado superar la peor crisis del sector inmobiliario que se recuerda en España.
Aunque su hermano parte con la ventaja de ser el primogénito, el buen hacer de Josep María, su disposición a asumir la responsabilidad ante la ausencia temporal de su padre y contar con un historial penal inmaculado le han hecho ganar enteros como candidato al relevo.