"El secreto de voto no estuvo garantizado de forma uniforme". Este es uno de los puntos débiles que los observadores internacionales presentes en la jornada de participación ciudadana del 9-N han destacado en su informe de conclusiones sobre la jornada de ayer.
Entre otros aspectos negativos de la jornada de votación, la delegación internacional de diputados que siguió el 9-N destaca que no había censo electoral disponible, "que constituye una dificultad añadida a la gestión de la votación".
Además, también señalan que el hecho de disponer de menos puntos de votación que en una jornada electoral convencional creó problemas y posible confusión entre los votantes. Otro de los puntos débiles que mencionan en su escrito es la ausencia de un presidente oficial de mesa, "que hizo más difícil la resolución de quejas y problemas en tiempo real". Y todo esto sin pasar por alto la selección de los voluntarios, que fue "menos satisfactoria de lo que hubiera sido su asignación por parte de los responsables de votación en los colegios".