El laboratorio farmacéutico Ferrer ha invertido 30 millones de euros en los últimos ocho años en el ámbito de la medicina personalizada, que es una apuesta muy importante para la compañía. Así lo explicó el consejero delegado de Ferrer, Jordi Ramentol, en el XXI Encuentro del Sector Sanitario en Iese, quien añadió que "ahora esperamos que los productos empiecen a dar sus frutos en España, aunque es difícil porque hay que crear un nuevo mercado".
Ramentol considera que en España las estructuras administrativas no son suficientemente flexibles para aceptar este tipo de medicina, a diferencia de otros países, como Estados Unidos, donde "si las compañías aseguradoras perciben que van a tener un ahorro significativo a medio o largo plazo, te escuchan con más atención". Por lo tanto, Ferrer apuesta por el mercado norteamericano antes que por España para avanzar en este ámbito. En los últimos años, la medicina ha avanzado a la hora de adaptar los avances a las necesidades particulares de cada paciente, dando lugar a la medicina personalizada, que se ajusta a las características de cada paciente y se basa en confeccionar un tratamiento específico para cada persona.
Deuda sistema sanitario
La deuda del sistema sanitario español con el grupo Ferrer en el ámbito hospitalario es de 35 millones de euros, mientras que esta cifra asciende hasta los 5.000 millones en el conjunto de los laboratorios farmacéuticos españoles, según Ramentol, que explica que se debe a que "las comunidades autónomas presupuestan gastos en sanidad por debajo de la realidad".
Las alianzas con otras compañías es una de las estrategias de Ferrer, así como la internacionalización, la investigación y la diversificación. "Cuando tienes muchos especialistas y se juntan es cuando tienes un producto interesante", considera Ramentol, quien señala que los grandes proyectos surgen gracias al contacto y al trabajo conjunto con otras compañías.
Ferrer cuenta con seis plantas de producción en España y cuatro en el exterior, dos de ellas en China, aunque el proceso final siempre lo realiza en nuestro país. La empresa, que alcanzó una facturación de 819 millones de euros en 2012, está presente en 93 países y cuenta con 25 filiales. "Vamos donde las grandes multinacionales no van", indica Ramentol, quien destaca la apuesta del grupo por la medicina personalizada, un ámbito en el que llevan trabajando desde hace ocho años, con una inversión media de entre cuatro y cinco millones al año.
Desde su fundación en 1959, la compañía controlada por la familia Ferrer Salat ha estado siempre comprometida con la innovación y en 2007 adquirió la farmacéutica catalana Gelos -propietaria del popular Gelocatil-. Ferrer ha culminado este año una inversión de 22 millones para desarrollar un fármaco cardiovascular que fabricará en Sant Cugat (Barcelona).
