España invertirá más de 2.000 millones de euros en infraestructuras para Cataluña. Así lo anunció ayer la ministra de Fomento, Ana Pastor, quien aseguró que esa cantidad debe sumarse a los 4.000 millones de euros que el Gobierno ha invertido en anteriores ejercicios de esta legislatura.
La titular de la cartera de Fomento añadió que por primera vez durante su mandato ha podido confeccionar unos presupuestos en los que no se incluyan facturas heredadas del anterior Ejecutivo. Nada más llegar a su cargo, Ana Pastor anunció que el equipo del anterior ministro de Fomento, José Blanco, había dejado un agujero de 3.000 millones, una cifra que el actual Ministerio ha ido devolviendo paulatinamente en los últimos dos años.
Pese al esfuerzo inversor del Gobierno en Cataluña, la Generalitat no está contenta. Aunque esa comunidad autónoma es la cuarta en España que más inversión recibirá según el proyecto de Presupuestos, es sólo un 9,5 por ciento de la inversión total una cifra que según el portavoz catalán, Francesc Homs, no llega a la mitad de lo que aporta al PIB nacional (19 por ciento), representando un 16 por ciento de la población. El porcentaje de inversión es una décima inferior que el de los presupuestos del año anterior. Por otra parte, Homs aseguró que Cataluña "es la que menos inversión recibe del Estado". Según el conseller, Cataluña ha sufrido un descenso del 57,9 por ciento al pasar de 2.548,5 millones en 2011 a tan sólo 1.072,26 millones en el 2015, cifra que en nada se parece con los 2.000 millones a los que hace referencia la ministra de Fomento.
El FMI anima a la inversión
En sus capítulos analíticos de sus Previsiones Económicas Mundiales (WEO, por sus siglas en inglés) el Fondo Monetario Internacional recomendó ayer a los países con necesidades de infraestructura, "impulsar los proyectos de este tipo".
A ojos de la institución los costes de endeudamiento están en niveles bajos y hay poca demanda en las economías avanzadas, y en muchas economías de mercados emergentes y en desarrollo hay limitaciones de infraestructura. Según los expertos del FMI, la infraestructura pública es un factor esencial para la producción. El aumento de la inversión en infraestructura pública eleva el producto a corto y largo plazo, sobre todo en períodos en que hay capacidad económica ociosa y cuando la eficiencia de la inversión es alta.
De hecho, los cálculos del Fondo estiman, tras analizar una muestra de economías avanzadas, que un aumento en la inversión pública de 1 punto porcentual del PIB eleva el producto en alrededor de 0,4 por ciento en el mismo año y 1,5 por ciento al cabo de cuatro años. "Es un buen momento para dar un impulso a la infraestructura en los países donde las condiciones son adecuadas", admitió el tercer capítulo del WEO.
En este sentido, subrayó que una mayor inversión pública es más eficaz para impulsar la producción si se realiza durante periodos de debilidad económica y una política monetaria acomodaticia, si se realiza de forma eficaz y en proyectos con alta rentabilidad y si se financia con deuda en vez de con subidas de impuestos o recortes del gasto en otras partidas.
Además, los expertos de la institución incidieron en que estos proyectos financiados con deuda pueden tener grandes efectos en la producción sin incrementar el ratio de deuda pública si se hacen inversiones eficientes para satisfacer necesidades claramente identificadas. "En otras palabras, la inversión en infraestructuras puede financiarse por sí sola si se hace correctamente", agregó.