Abertis ultima la salida definitiva del negocio aeroportuario para centrarse en la concesión de autopistas y de infraestructuras de telecomunicaciones. Ayer tarde, la compañía que dirige Francisco Reynés comunicó a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) un acuerdo para vender los aeropuertos que tiene en México. De igual manera, el grupo está ultimando la venta del aeródromo que posee en Jamaica y que es el último activo aeroportuario que todavía mantiene.
Según informó la empresa, Abertis, a través de su filial mexicana Desarrollo de Concesiones Aeroportuarias (DCA), ha alcanzado un acuerdo vinculante con Promotora Aeronáutica del Pacífico (PAP), para la venta de su 33,33 por ciento del capital de Aeropuertos Mexicanos del Pacífico (AMP). La operación supondrá para Abertis unos ingresos de 222 millones de dólares (unos 172 millones de euros).
AMP es propietaria de una participación del 17,41 por ciento en la sociedad Grupo Aeroportuario del Pacífico (GAP) que es titular de diversos aeródromos dentro de México. Al cierre de esta operación, que está sujeta a la autorización de las autoridades de competencia, Abertis dejará de tener participación alguna en activos aeroportuarios mexicanos.
Con esta venta, Abertis materializa uno de los dos objetivos que faltaban para completar la desinversión en el negocio de aeropuertos. El último activo de esta división es el aeropuerto de Jamaica, una inversión menor cuyo proceso de venta se encuentra en la recta final.
A falta de esta última operación en Jamaica, la salida de Abertis del negocio de los aeropuertos ha permitido al grupo hacer caja para focalizarse en autopistas y en telecomunicaciones, segmento este último donde ha destinado buena parte de lo ingresado por las ventas. Sin embargo, las plusvalías netas por la venta de los aeropuertos han sido reducidas. Incluyendo la operación de México, las plusvalías netas generadas acumuladas por todo el proceso de desinversión ascienden aproximadamente a 10 millones de euros.
Abertis, cuyo consejo de administración está controlado por CaixaBank y OHL, estudia compras de autopistas en Estados Unidos.