La profunda crisis del cava catalán, que no levanta en los últimos años cabeza en España, ha obligado a Freixenet a replegar sus fuerzas en el país. La compañía catalana admite en las últimas cuenta anuales, remitidas al Registro Mercantil de Barcelona, que "debido a las dificultades para rentabilizar la organización comercial española" se ha visto obligada a llevar a cabo "una reorganización y reestructuración de la fuerza de ventas y también una reducción del número de oficinas de soporte administrativo".
La sociedad filial Comercial Freixenet, encargada de toda la actividad del grupo en este terreno, ha reducido ya el número de comerciales (viajantes, según su propia terminología) de 113 a 100 en sólo cuatro años, pasando de una plantilla total de 325 a 302 personas. Hasta ahora este ajuste de plantilla se ha realizado completamente mediante prejubilaciones, confirmaron fuentes de la compañía.
Durante los últimos diez años, el mercado del cava en España ha caído un 20 por ciento. Tras desplomarse un 6,2 por ciento en 2012, el año pasado las ventas de cava volvieron a caer otro 0,47 por ciento más, con lo que se sitúan ya al nivel de hace casi 30 años. En 2013 se vendieron así en el mercado doméstico tan sólo 81,43 millones de botellas.
Freixenet no es optimista respecto a la evolución de este mercado. "En el mercado del cava va tomando año tras año más importancia el segmento de las marcas de la distribución y el desplazamiento hacia productos de menor precio o en condiciones de venta favorables para descuentos, promociones, etc...", asegura la compañía en su informe de gestión. Algo mejor se están comportando sus ventas de vino tranquilo, un producto procedente de diferentes denominaciones de origen que no está tan identificado con Cataluña como el cava.
El boicot político
El problema es que, al margen de la crisis económica, la caída del cava se está acentuando ahora, especialmente desde la llegada a la presidencia de la Generalitat de Artur Mas a finales de 2010 y, sobre todo, de la puesta en marcha de su plan soberanista.
En sus últimas comparecencias públicas, el presidente de Freixenet, Josep Lluis Bonet, ha admitido ya que está sufriendo no sólo un boicot en España, sino también en Cataluña por el hecho de haberse posicionado de una forma clara y contundente en contra de la independencia. "Freixenet no es soberanista ni juega a la política, aunque yo, a título personal, sí me he pronunciado. Soy catalán, español, europeo y hombre de mundo", aseguró por última vez el pasado mes de mayo durante su participación en el foro Diálogos de Internacionalización, organizado en Madrid.
Más allá de la batalla política, Freixenet ha conseguido sortear hasta ahora el profundo declive del mercado, especialmente por su fuerte posición en los mercados internacionales. Hay que tener en cuenta que Freixenet vende fuera el 80 por ciento de su producción.
Cambio en la dirección
Precisamente, para potenciar las exportaciones y dar un nuevo aire a la red comercial de Freixenet en España el grupo realizará cambios en algunos puestos directivo. En concreto, el actual director comercial para España, José María Ferrer, abandonará el cargo para asumir mayores responsabilidades y potenciar el negocio de Freixenet en el continente asiático. Ferrer, hijo menor del presidente de honor de Freixenet, José Ferrer, se trasladará a vivir a Australia donde el grupo catalán tomó una participación mayoritaria en una empresa de vinoS tranquilos denominada Wingara Wine Group por unos 22 millones de euros.
La dirección comercial para España ya no será ocupada por un miembro de las familias accionistas y será ocupada por el actual subdirector comercial.
El grupo Freixenet cerró el ejercicio 2012-2013 (que concluye el 30 de abril) con un beneficio neto consolidado de 10,2 millones de euros, lo que supone casi duplicar los 5,5 millones registrados el año anterior. La mejora es consecuencia de un aumento de la facturación, que pasó de 513,5 millones a 527,3 millones, lo que implica un crecimiento del 2,6 por ciento. Debido al repliegue comercial que está llevando ya a cabo en España la plantilla se redujo en el último año de 1.928 a 1.874 trabajadores. Freixenet mantiene el liderazgo como empresa en el mercado, pero ha perdido la primera posición que tenía con la marca Carta Nevada.