El Instituto Catalán de Finanzas (ICF) se transformará en un banco público de desarrollo y su previsión es tener todos los cambios normativos y organizativos a punto para final de año para pedir formalmente la licencia a los reguladores.
Así lo ha explicado hoy el consejero delegado de la entidad financiera dependiente de la Generalitat, Josep Ramon Sanromà en una comparecencia en la Comisión de Economía, Finanzas y Presupuesto del Parlamento, donde ha argumentado que convertirse en banco público significa dedicarse a la financiación del tejido empresarial y a cofinanciar proyectos estratégicos para Cataluña, como ya hacen muchos bancos públicos de inversión en Europa.
Sanromà ha añadido que operar como banco público permitirá el ICF "un mejor acceso a los mercados y en el Banco Central Europeo (BCE), una mejora de la credibilidad ante los inversores, una mejora de la fiscalidad y, sobre todo y la cosa más importante, una mejora de la capacidad para facilitar el acceso a la financiación al tejido empresarial de Cataluña y en mejores condiciones".
Ha recordado que el ICF no se financia de los Presupuestos de la Generalitat, sino de recursos del mercado financiero: "El ICF es autónomo, y la Generalitat como accionista aportaría capital si hiciera falta, pero ahora no es necesario, por el nivel de solvencia".
Préstamos de 2013
El ICF ha facilitado préstamos y avales por importe de más de 377 millones de euros en el primer semestre del año, que ha beneficiado a 801 empresas. El importe ha ido "en línea con el año anterior", mientras que el número de operaciones ha crecido un 26,5%.
Sanromà ha señalado que el 65% de esta financiación se ha dirigido a nuevos proyectos, mientras que en el mismo periodo del 2013 más del 70% de la actividad se focalizó en la refinanciación empresarial.