La compañía especializada en la fabricación de papel especial de alta gama J. Vilaseca, que celebra este año su tercer centenario de actividad, ha puesto en marcha un plan de inversiones de 10 millones de euros en los últimos cuatro años para desarrollar nuevos tipos de productos con mayor valor añadido.
El plan inversor de J. Vilaseca ha conseguido rejuvenecer el catálogo de productos y actualmente el 30% de la facturación se genera a través de actividades nuevas, que no existían en 2010, como son los papeles digitales, los reciclados y las etiquetas para el sector del vino. Este nivel de innovación ha conseguido incrementar un 35% el precio medio de venta. El presupuesto de estos últimos cuatro años se ha destinado principalmente a adaptar maquinaria para el tratamiento de nuevas gamas y a la mejora de la eficiencia energética de la fábrica de Capellades.
La empresa papelera alcanzó una facturación de 51 millones de euros durante el año pasado, lo que representó un aumento del 7% sobre las ventas de 2012. ?En muchas ocasiones son los mismos clientes los que nos explican sus necesidades y a partir de ahí desarrollamos el producto que necesitan?, indica el director general, Jaume Batllori. Esta elevada flexibilidad permite cambiar la producción de forma mucho más rápida que las grandes multinacionales.
J. Vilaseca cuenta con una capacidad de producción de 63.000 toneladas anuales. La empresa huye de los productos denominados comodities, de gran consumo y escaso margen. Batllori valora los primeros pasos de internacionalización de la empresa y explica que ?ha sido muy importante para la empresa el instinto exportador. Ahora estamos en 84 países. Durante el inicio de la actual crisis nos ayudó mucho el hecho de que ya generábamos en los mercados exteriores el 45% de las ventas. El año pasado cerramos con cerca del 70% en exportaciones y queremos llegar al 80%?.