Ramón Sarroca afronta una nueva etapa profesional al frente de la Federación de Cooperativas Agrarias de Cataluña (FCAC) tras su nombramiento como presidente. Conocedor de las diferentes realidades y dimensiones de las cooperativas agrarias del sector frutícola se plantea trabajar codo con codo con las cooperativas para dar respuesta a sus diferentes realidades. La FCAC agrupa 227 cooperativas agrarias, que aglutinan 35.791 socios productores y facturan 1.520 millones de euros.
¿Qué retos se hamarcado al frente de la federación?
Estos cuatro años tenemos por delante varios retos importantes, aunque yo destacaría tres principales. Por un lado hay que analizar el plan marco de cooperativas agrarias de Cataluña ya que hay muchas realidades y las cooperativas tienen diferentes necesidades. Además hay que estudiar la nueva Política Agraria Común (PAC) 2014-2020 para aprovechar las normativas europeas y conocer la redistribución sectorial por regiones. Y a nivel de Cataluña, estamos analizando la nueva Ley de cooperativas.
¿Cuál es la realidad de las cooperativas agrarias de Cataluña?
En 2013 había 227 cooperativas agrarias federadas, que agrupan 35.791 socios productores. En la demarcación de Lérida hay 69, que se suman a las 70 de Tarragona, 44 que se ubican en las Tierras del Ebro, 27 en Barcelona y 17 en Gerona. La facturación de todas ellas aumentó un 2 por ciento hasta los 1.520 millones de euros. Las cooperativas van en buen camino y ya están haciendo un esfuerzo de concentración.
¿Cree que es necesario una mayor concentración?
Para ganar competitividad a nivel internacional, europeo y nacional hay que optar por la concentración de cooperativas y su producción. En estos momentos contamos con 13 cooperativas de segundo grado y tenemos otras más pequeñas que necesitan aumentar su tamaño para salir al exterior. Hay que pilotar proyectos de fusiones, ya que ofrecer un valor añadido pasa por la concentración.
¿Qué peso representan las cooperativas pequeñas?
Las pequeñas cooperativas agrarias, que suponen el 40 por ciento del total en Cataluña, son muy diversas y van desde los 200.000 euros de facturación hasta los tres millones de euros. Por su parte, las grandes representan el 60 por ciento y por poner un ejemplo, una cooperativa de segundo grado agrupa unas 6.000 familias. Hay que avanzar hacia esta realidad para poder competir y debemos desatomizar el mercado.
¿Qué sectores son los más concienciados de la importancia de unir fuerzas para competir?
En Cataluña se han creado dos asociaciones de Organizaciones de Productores de Frutas y Hortalizas, una hace tres años y la otra recientemente. Estas agrupaciones permiten a las cooperativas ganar competitividad, fuerza y posicionamiento en los mercados. Por cada euro que la organización de productores invierte en un programa, la Unión Europea aporta otro, que supone más capacidad de inversión.
¿Las cooperativas catalanas son exportadoras?
En los últimos ocho años ha mejorado la capacidad de internacionalización de las cooperativas catalanas. Hay que trabajar con cooperativas de otros países para analizar problemáticas y poder abordar nuevos mercados conjuntamente. En 2013 había 67 cooperativas catalanas que exportaban, una tarea que no es fácil, ya que otros países también producen lomismo.
¿Qué se necesita para vender en el exterior?
Para estar presente en otros mercados necesitas que te conozcan, ofrecer una producción de calidad y se gana cuota de mercado cuando otro pierde peso. Algunas cooperativas catalanas se han profesionalizado y han reconvertido su producción para exportar, como es el caso del vino.
¿Usted cree que otros mercados se llevan los méritos de nuestra producción?
Eso pasa con el aceite. Nosotros vendemos a granel a Italia y ellos lo venden con sus marcas. Ellos tienen el mercado y nosotros el producto.
¿Qué puntos fuertes y débiles destacaría del sector?
Como fortaleza remarco la capacidad de crear puestos de trabajo de las cooperativas. En 2013 las agrarias generaron 4.814 puestos de trabajo directos en Cataluña. Como debilidad destacaría la producción atomizada.
¿Cuál es el principal reclamo del sector?
Los trabajadores de las cooperativas quieren tener un representante importante, que conozca sus problemáticas y sus diversas realidades. El sector pretende que desde laFederación de Cooperativas Agrarias de Cataluña les representemos y les facilitemos el contacto con la Administración. Yo afronto con ilusión y ganas esta nueva etapa profesional, en la que queda mucha faena por delante.