El consejero delegado de Abertis, Francisco Reynés, pidió ayer en Barcelona que se eviten las soluciones específicas o "ad hoc" para dar viabilidad a las autopistas radiales en quiebra. En su opinión, si esto llegara a ocurrir, la seguridad jurídica española se vería afectada y mermada a ojos de los inversores.
"Esperamos que las radiales acaben de una forma razonable, y cuando digo razonable quiero decir obviamente que cada palo aguantará su vela, y que el que ha perdido el capital lo perderá y el que ha tenido un problema de financiación lo tendrá", defendió Reynés en un desayuno informativo organizado por la consultora PwC.
En su opinión, "no podemos, con la excusa de que no hay dinero para pagar, no atender las obligaciones que tenemos, porque nos destrozará nuestro crédito internacional". El Gobierno anunció a finales de marzo que se quedaría con las autopistas radiales a cambio de una quita del 50 por ciento de la deuda que arrastran, es decir, unos 2.300 millones de euros. Desde entonces, los ministerios de Fomento y Hacienda negocian la cifra final con los seis grandes bancos del país que financiaron la construcción de las autopistas (Santander, BBVA, Caixabank, Sabadell, Popular y Bankia) y la patronal de la construcción Seopan. Por el momento, las partes todavía no se han puesto de acuerdo.
Confianza en España
Sobre cómo ven los inversores a España, Reynés explicó que en los últimos años la cantidad de tiempo sobre la situación macroeconómica española que dedica en sus reuniones con inversores institucionales ha pasado del 50 por ciento a entre el 5 y el 10 por ciento. "España preocupa menos" ya que "estamos demostrando que como país tenemos capacidad de caernos y volvernos a levantar".
El consejero delegado de Abertis anunció que a lo largo de 2014 la empresa cumplirá su objetivo de inversión de 1.300 millones de euros que tiene previsto. De esta cantidad, un 35 por ciento se realizará en España, pero la compañía tiene mayor interés en los mercados de Estados Unidos, México y Australia.