El desembarco en Barcelona de Uber, un servicio de coche compartido que pone en contacto a conductores particulares y pasajeros, está rodeado de polémica y ha levantado ampollas en el sector del taxi.
La compañía de Silicon Valley (EEUU), que opera en más de 80 ciudades del mundo, ha iniciado su andadura en la ciudad condal a través de su servicio Uber Pop, que permite a cualquier usuario transportar con su propio vehículo a otros ciudadanos por Barcelona. La empresa fija las tarifas -que son de 1 euro más 3 céntimos por minuto más 75 céntimos por kilómetro, con un mínimo de consumo de 3 euros- , sobre las que cobra una comisión.
Los primeros en alzar la voz han sido los taxistas, que consideran que la empresa ejerce competencia desleal al sector, al no respetar las tarifas fijadas para el taxi, que este año es de 2,10 euros la bajada de bandera y 1,03 euros por kilómetro recorrido. Además, los taxistas consideran que Uber no cumple con los requisitos necesarios para ejercer esta actividad, considerada como transporte público. Así lo detalla el presidente del Sindicato del Taxi de Cataluña (STAC), Luis Berbel.
Una postura con la que coincide la Generalitat, que a través del departamento de Territorio y Sostenibilidad, ha abierto un expediente a Uber para investigar "las supuestas actividades irregulares de la empresa". No tener las correspondientes licencias puede suponer una sanción de hasta 2.000 euros ya que la legislación vigente en Cataluña establece que las actividades de transporte de personas que se realizan mediante un precio o una retribución tienen la consideración de transporte público y como tal, están sujetas a un régimen de autorización administrativa previa. En el caso de los vehículos de hasta nueve plazas, incluida la del conductor, esta autorización corresponde o bien a la modalidad de taxi o de alquiler de vehículos con conductor.
Condiciones en otras ciudades
En Bruselas, donde Uber inició su actividad el 25 de febrero, se ha prohibido su uso y el Gobierno ha fijado multas de hasta 10.000 euros para los conductores particulares que recojan pasajeros. Otro de los países que ha tomado medidas en esta cuestión ha sido Francia, donde los conductores de este servicio de transporte urbano tienen que esperar 15 minutos antes de recoger a un cliente.
En otras ciudades donde opera, la aplicación dispone de otra modalidad, con conductores profesionales.
Según un comunicado de Uber, "en los pasados meses se ha ido incrementando el número de barceloneses que ha reclamado una opción Uber de bajo coste en la ciudad y hemos adaptado nuestra oferta a las demandas de los usuarios".