El fabricante de automóviles Seat, filial del consorcio alemán Volkswagen, permanece estancado en un mar de pérdidas.
El año pasado la compañía española mejoró sus ventas un 6 por ciento, hasta los 6.874 millones de euros, pero perdió casi exactamente lo mismo que en 2012. Según adelantó ayer el director financiero del grupo Volkswagen, Hans Dieter Pötsch, la filial española cerró el pasado ejercicio con unas pérdidas operativas de 152 millones frente a los 157 millones del año anterior, un 2,5 por ciento menos.
Esta ligera disminución no esconde la preocupación de Volkswagen ya que Seat estaba inmersa en un plan estratégico que contemplaba el objetivo de abandonar las pérdidas operativas y volver a la rentabilidad en 2013. Para justificar el incumplimiento del plan, Pötsch explicó que la compañía con sede en Martorell continuó durante 2013 con el lanzamiento de nuevos productos al mercado, lo que le permitió aumentar sus volúmenes de venta, pero penalizó la cuenta de resultados.
Por su parte, el grupo Volkswagen ganó 9.145 millones en 2013, un 58 por ciento menos al no contabilizar el mismo volumen de extraordinarios de 2012.