Cataluña

Mas olvida la crisis y centra su carta de fin de año en la independencia

El discurso de fin de año que anoche leyó el presidente de la Generalitat de Cataluña, Artur Mas, olvidó cualquier tipo de medida de reactivación económica para superar la crisis y se centró en exclusiva en el proceso hacia la independencia que impulsa CiU con el apoyo de ERC.

A los 630.00 parados que tiene registrados Cataluña, Mas se limitó a "hacerles llegar a través de estas palabras todo mi sentimiento de afecto y el compromiso de que trabajaremos [...] para conseguir que todas las personas de nuestro país tengan una vida digna". El president reconoció que 2013 "es el sexto de una recesión económica que ha provocado auténticos estragos" y que "parece que por primera vez podemos empezar la remontada", pero aseguró que "la herida que ha provocado la recesión es muy profunda y por tanto no se pueden esperar curaciones milagrosas". Ninguna referencia a la educación, a la sanidad o a los recortes salariales que volverán a sufrir los funcionarios.

Por el contrario, Mas se explayó durante más de tres folios en el proceso soberanista. "2014 será un año cargado de simbolismo. Se cumplirá el tercer centenario del final de la Guerra de Sucesión, momento en el que Cataluña perdió sus derechos, sus Constituciones, sus instituciones y sus libertades. Tres siglos después, celebraremos casi un milagro: un pueblo que tenía todas las de perder no sólo sigue existiendo sino que se plantea con más fuerza que nunca ganar una gran batalla democrática y por medios totalmente pacíficos: la de decidir libremente su futuro como país, como nación y como sociedad", señaló.

El líder de CiU afirmó que Cataluña es un país de consensos y eso se demuestra en "el acuerdo ampliamente mayoritario sobre la consulta a celebrar el 9 de noviembre del año que comienza". Este acuerdo fue apoyado por CiU, ERC, ICV y la CUP, mientras que fue rechazado por el PSC, el PP y Ciutadans.

Exige al Estado poder votar

Para el president, "son los votos y las urnas los que deben decidir y determinar las proporciones y la magnitud de las mayorías y de las minorías del país". En su opinión, "resolver los grandes temas en las urnas no debe provocar ni reparo ni temor, y es evidente que nuestro futuro y la relación que debemos tener con España y con Europa es un tema en mayúsculas".

En un tono más beligerante, Mas aprovechó el discurso para "pedir al Estado que nos deje votar. Que escuche la voz del pueblo catalán, y que no levante muros para silenciarla". Considera que "toda nación tiene implícitamente el derecho a decidir su futuro . Pero para aquellos que niegan incluso esta evidencia, les diré que [...] los catalanes han ganado el derecho a decidir su futuro porque han sabido y han querido mantener en pie su voluntad de autogobernarse, en contra de todas las circunstancias históricas que lo querían impedir o de las que ahora lo quieren limitar o disminuir". "En una palabra, el pueblo catalán prefiere gobernarse que ser gobernado", sentenció.

Mas pidió al Estado que "no nos vea como un adversario ni mucho menos como un enemigo", ya que "podemos ser en el futuro un aliado", pero "desde la libertad" de poder "responder la pregunta que hemos convenido y en la fecha que hemos acordado".

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