Ciudadanos extranjeros que quieren comprar una vivienda en España por motivos de ocio, negocios o formativos son el principal perfil de clientes de Somrie, empresa catalana pionera en el asesoramiento personal inmobiliario (personal shopper)en España.
Chinos que busca una residencia en destinos como Salamanca, Barcelona o Madrid para estudiar en universidades de prestigio, ciudadanos árabes que adquieren un piso como inversión para alquilarlo durante el año y rusos e ingleses que buscan una segunda residencia en España por motivos de ocio representan el 70 por ciento de los más de 100 clientes que tiene Somrie.
"Uno de nuestros errores iniciales fue dirigirnos a clientes españoles de clase media, target que no entendió nuestro concepto", afirma Enric Jiménez, CEO de la empresa. Tal y como él explica, el funcionamiento de este negocio es sencillo: "Nosotros nos posicionamos con el comprador, que es nuestro cliente, a quien asesoramos a la hora de adquirir una vivienda o un local comercial".
Somrie, que no tiene una cartera de inmuebles y no trabaja para ningún vendedor, busca locales con las características que el cliente demanda, filtra y selecciona las mejores opciones que ha encontrado para mostrárselas al cliente. Además, dispone de un departamento legal que se encarga de revisar las condiciones del contrato, revisar las escrituras... y un departamento técnico para entregar el inmueble en condiciones óptimas. Jiménez precisa que los cuatro pilares básicos de este negocio son "ahorrar tiempo, dinero, evitar preocupaciones y conflictos de intereses al comprador".
Captar clientes extranjeros
Este servicio que ofrece, tiene un coste de entre 6.000 y 20.000 euros para los clientes, que obtienen un ahorro de entre un cinco y un 15 por ciento. "Por un inmueble de 300.000 euros, nosotros conseguimos un descuento de 15.000 euros", ejemplifica Jiménez.
En tres años en funcionamiento, Somrie ha gestionado ventas por valor de 50 millones de euros, con una inversión media por operación de 500.000 euros.
Con oficinas propias en Barcelona, Madrid, México y Brasil y con partners enMenorca, Londres, Andorra, Shanghái y Malasia, la empresa prevé facturar un millón de euros este año y crecer de forma exponencial. "El 80 por ciento de nuestros clientes acuden a nosotros por recomendación" avanza Jiménez. En su sede central de Barcelona emplea a 12 trabajadores y en total suma una plantilla de 30 personas. El objetivo de las delegaciones en el extranjero es captar clientes para que inviertan en España.
Tal y como afirma el fundador del negocio, la meta para los próximos años es incrementar los clientes nacionales, y no únicamente el perfil directivo y profesional de negocios que contratan este servicio a día de hoy.
