Cataluña

El sistema educativo español

Juan Carlos Giménez-Salinas, Abogado

Desde la democracia nos hemos promulgado siete leyes que regulaban nuestra educación, todas ellas aprobadas por los partidos gobernantes sin otros apoyos parlamentarios. Es decir, leyes dogmáticas y partidistas hechas a imagen y semejanza de los partidos gobernantes y los sectores que les apoyan.

Se hallaban vigentes durante el período que permanecía en el gobierno el partido que las promulgaba y eran derogadas en el siguiente período parlamentario por el partido gobernante en aquel momento que en el periodo anterior se hallaba en la oposición y no quería colaborar.

Hace pocos días, hemos aparecido como el último país de Europa en comprensión de lectura y matemáticas. Con esta calificación no podemos alardear de nada.

A nivel estatal nunca hemos considerado la educación una de nuestras prioridades, quizás por el hecho que nuestras clases medias y altas eran educadas en colegios privados, la mayoría de ellos confesionales y la educación pública la considerábamos destinada a una colectividad que no merecía grandes atenciones y por tanto no se destinaban grandes sumas a las escuelas públicas.

Defiendo las dos clases de educación, la pública y la privada, pero considero que de ningún modo la primera debe ser inferior en calidad a la segunda. Deben diferenciarse las privadas por el tipo de educación a impartir y la orientación cultural, religiosa o científica del centro privado y en cambio la pública debe tender a ser a confesional pero de primera categoría en cuanto a la calidad y las materias a impartir. Téngase en cuenta que la pública es la única integradora de alumnos de todas las nacionalidades, culturas y religiones ya que la privada selecciona y excluye. No estoy en contra de nada pero sino poseemos una excelente escuela pública nuestros niños carentes de recursos no crecerán en formación y son la mayoría en nuestro país. Imaginemos las energías e inteligencia que desperdiciamos al no proporcionar la adecuada educación a la gran mayoría de nuestros niños. Y no solamente se debe calibrar esta educación desde un punto de vista de riqueza para un pueblo, que también, genera también unas personas con una mayor capacidad de conocimiento, mayor sentido critico y en definitiva una sociedad en la que las personas son dueñas o pueden serlo de sus destinos.

Nunca me cansaré de criticar a los grandes partidos que pretenden perpetuar un tipo de educación clasista y desintegradora apoyando la educación privada y detrayendo en su favor recursos de la pública, cuando la educación privada debe existir tan libre como se desee pero los padres que la elijan para sus hijos que la paguen ya que podrían llevarla a la pública si ésta fuera de primer nivel. Y además estos grandes partidos han querido implantar su modelo educativo a costa de no llegar a un entendimiento entre los dos para llevar a cabo una ley de educación consensuada que perdure en el tiempo.

WhatsAppFacebookFacebookTwitterTwitterLinkedinLinkedinBeloudBeloudBluesky