Unas 53.000 personas, unas 3.000 más que el pasado año, han visitado este año el Salón Náutico de Barcelona, que ayer cerró sus puertas en el Port Vell.
El salón, organizado por Fira de Barcelona y el más importante de España, ha servido un año más para generar negocio y numerosos contactos comerciales, a pesar de las dificultades que atraviesa el sector derivadas de la crisis económica.
"La gran mayoría de empresas expositoras han valorado muy positivamente su participación, a la espera de que muchas de las operaciones gestadas se cierren en los próximos meses", ha explicado el presidente del salón, Luis Conde.
La organización, satisfecha con la afluencia de visitantes de este año, aproximadamente unos 53.000, ha destacado el elevado número de visitas extranjeras, principalmente de franceses, ingleses, alemanes y rusos "con un alto poder adquisitivo".
Precisamente, el Salón Náutico Internacional de Barcelona abrió sus puertas el pasado 24 de septiembre con la vista puesta en los clientes de países emergentes, como Rusia y China, para revitalizar un sector muy castigado por la crisis y frenar la caída de ventas.
La feria ha contado con la participación de 236 expositores que han mostrado más de 650 naves, 60 de ellas en primicia para el mercado nacional.