El grifo del crédito aún tardará en abrirse y difícilmente se normalizará antes de 2015. Esa es la opinión que ayer expresó el presidente de La Caixa, Isidro Fainé, en el discurso que impartió durante la asamblea de la caja. "Para generar liquidez, las entidades continuarán reduciendo la diferencia entre créditos y depósitos, porque no hay que olvidar que el sector debe devolver el préstamo al Banco Central Europeo (BCE) en 2015", indicó.
Además, Fainé destacó que " 2014 es el año que empiezan a aplicarse los criterios de solvencia de Basilea III" y "aunque es una implementación gradual, hay una clara presión por parte de los inversores por cumplir anticipadamente los nuevos requisitos de solvencia", lo que tampoco facilitará el incremento del crédito. Finalmente, argumentó que "esta no es la única contradicción ligada a los cambios regulatorios: pedir más provisiones y capital y, al mismo tiempo, más crédito, es otra de estas contradicciones".
Como aspectos positivos, el presidente de La Caixa considera que "2012 ha representado, sin lugar a dudas, un punto de inflexión en la reestructuración del sector" y una de las consecuencias ha sido "que las tensiones de liquidez se han relajado". Sin embargo, en su opinión, "el reto pendiente continúa siendo la baja rentabilidad" del sector ya que "los tipos de interés continuarán muy bajos, lo cual afectará al margen de intereses" de las entidades y, aunque "las provisiones del sector no serán tan elevadas como en 2012, continuarán por encima de los parámetros históricos".
En su intervención ante la asamblea, Fainé también desgranó los retos futuros de La Caixa y aseguró que "seguiremos adaptándonos a los cambios para poder continuar siendo el Grupo La Caixa". Reconoció que "necesitamos estar atentos a todas las variables del entorno y a todas las posibilidades", ya que "el cambio es la única verdad absoluta en el mundo de la empresa". También reconoció que es "el momento de anticiparnos y de tomar las decisiones adecuadas".
Aunque su intervención generó expectativas, no abordó el cambio legal que, si no cambian las cosas, le obligará a decidir entre la presidencia de La Caixa y de la filial financiera, CaixaBank.
Como ejes clave de la gestión futura, el presidente de La Caixa enumeró "mantener la solvencia y la liquidez como principio rectores de la gestión y mejorar la rentabilidad ajustada al riesgo". También anunció que reforzará "el negocio de empresas", trabajará "en la internacionalización" y en la búsqueda de "nuevas fórmulas de negocio".
Rodés deja el consejo
En relación a Criteria CaixaHolding, indicó que cerró el año con un valor de los activos de 9.300 millones, de los cuales un 50 por ciento corresponden a Gas Natural y un 24 por ciento Abertis". Su cartera industrial "obtuvo un resultado de 760 millones, que permitieron compensar los 247 millones de pérdidas de la cartera inmobiliaria. Con todo, el resultado de las participadas aumentó un 69 por ciento respecto a 2011, hasta los 513 millones". Para 2013, el resultado esperado es de más de 400 millones.
Por otro lado, el consejo de La Caixa anunció el cese como consejero de Leopoldo Rodés Castañé, al haber alcanzado el límite de edad previsto. Le sustituye Jorge Roglà de Leuw.